Lecciones para ganar en los negocios y la vida

Hay libros que, aunque fueron escritos hace siglos, llegan a tu vida justo en el momento en que más los necesitas. El arte de la guerra, de Sun Tzu, es uno de ellos. Y aunque su título suene a batallas, espadas y estrategias militares, en realidad habla de cómo tomas decisiones cada día.

Lo descubrí por casualidad y terminé subrayándolo casi todo. Es un texto que te hace pensar: “Esto puedo aplicarlo mañana mismo en mi negocio o en mi vida diaria.” Porque sí, emprender es una guerra, no contra otros, sino contra la confusión, el miedo, las malas decisiones y, a veces, con uno mismo. Cada acción que tomas forma parte de una batalla silenciosa, y ahí, la estrategia lo es todo.

La guerra invisible del emprendedor

A continuación, te comparto algunas de las ideas que más me han servido:

1. Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo
Entiende tu mercado, competencia y tus propios miedos. Define qué ofreces, por qué lo haces, a quién le hablas y, sobre todo, qué te diferencia para ganar con estrategia.

2. La mejor victoria es la que se consigue sin luchar
El éxito no tiene que ver con la suerte. Planifica, define objetivos y crea estrategias para atraer clientes sin competir por precios ni depender de likes en redes sociales.

3. No todas las batallas valen la pena
A veces es más sabio dejar pasar una oportunidad que desgastarte en algo que no va con tu propósito. Recuerda que hasta el gran guerrero sabe cuándo retirarse.

4. Usa el terreno a tu favor
En los negocios, el terreno son tus recursos, tu contexto y tus ventajas comparativas. A veces queremos ser como otras marcas, sin ver que ya tenemos una posición estratégica.

5. La guerra es de paciencia
Quien se mueve por impulso, tropieza. No lances productos sin antes haberlos probado, o no cambies el rumbo cada mes. Sun Tzu aconsejaba la calma estratégica: observa, analiza y luego actúa.

 

La guerra invisible del emprendedor

Sun Tzu no tenía internet, pero entendía algo que en la actualidad seguimos olvidando: las grandes victorias no se gritan, se planean. No necesitas luchar todos los días para ser exitoso. A veces, lo más sabio es respirar, observar y mover la pieza correcta en el momento justo.