Un enfoque académico
Inicié mis estudios de licenciatura en Arquitectura en otoño de 1999, eran muchos los retos y expectativas para un joven de apenas 18 años. La búsqueda de una arquitectura relacionada con el medio ambiente tomaba forma desde los primeros semestres y el gusto por estos temas crecía conforme avanzaba la carrera. Eso determinó en gran medida mi pasión por la arquitectura sustentable.
Considero de suma importancia incluir materias relacionadas con estos temas en la estructura curricular de las universidades que imparten la carrera de Arquitectura, comenzando con el estudio exhaustivo del medio físico en el cual está inmerso el objeto arquitectónico en cualquiera de sus escalas, formas y usos.
Una vez teniendo la información que facilite el estudio del medio físico, es importante lograr una síntesis adecuada de los datos presentados y este a su vez forme parte de las directrices de diseño que enmarquen el proyecto a intervenir y/o construir.
Otra etapa importante es el manejo apropiado de herramientas como el uso de la geometría solar, el cual viene inmerso en la llamada arquitectura bioclimática donde, con ayuda de monteas y lectura de ángulos, se potencializa la incidencia de este recurso natural logrando traducirlo en ahorros económicos sustanciales y beneficios ambientales a favor de una adecuada climatización de cualquier construcción.
A la par de lo anterior, es evidente la incorporación de materias relacionadas con el correcto uso de diversos softwares que facilitan el desarrollo integral del proyecto en cuestión y definitivamente lo nutren de información de acuerdo al clima en donde se pretende desarrollar el objeto arquitectónico en cualquier escala o uso.
Finalmente, no dejar de lado materias que contengan en sus objetivos el uso y manejo de la vegetación nativa, la cual debe incorporarse de acuerdo al lugar y al clima acompañando de prácticas de poda y análisis vegetativo según sea el clima predominante.
Los retos académicos en estos temas son muchos, pero estoy seguro que la apuesta por incluir estos tópicos en el esquema curricular de cualquier universidad rendirá fruto a corto plazo y los resultados se verán traducidos en más y mejores proyectos para nuestras ciudades y una mejora notable en su medio ambiente y manejo adecuado de sus recursos naturales.