Si la escuela fuera un dispositivo multiverso a explorar por los alumnos de todas las edades, sería un complejo selvático, con microclimas y espacios de cultivo. Una especie de Jardín del Edén y al mismo tiempo un desierto a ser constatado como cosmos planetario, donde los pupitres lineales no tuvieran la formación clásica de modelo eclesiástico.
Finalmente, las escuelas que dan a un pasillo, colocadas a un patio árido, con una cancha y el mínimo de vegetación son obsoletas. Hay que ver la propuesta de Reggio School, bajo las líneas pedagógicas de Loris Magaluzzi con ambientes colaborativos y experiencias en ecosistemas sustentables.
La escuela hecha a mano de Anna Heringer y Eike Roswag en Bangladesh, construida por sus pobladores en materiales de bambú y tierra, las aulas en formas de caverna son universos para que el niño despliegue en juegos su creatividad y pasión.
A su vez, la mediateca de Sendai de Toyo Ito, constituida con una serie de circulaciones verticales a modo d que te lleva a todos los universos posibles de aprendizaje, cultura y arte, membranas orgánicas mediáticas de superficies difusas en muros de tela, permite a todos los habitantes de Sedai y estudiantes navegar en una arquitectura sin muros fusionando puentes generacionales entre ancianos y niños.
El centro de enseñanza Rolex de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, es un espacio continuo de crestas y valles, lleno de espacios imposibles y no programados para el descanso meditación, alrededor de un entorno agreste. Es ahí donde pueden darse otro tipo de metodologías flexibles, activas de “maestros facilitadores”, rompiendo con la escuela tradicional de arquitectura conservadora.
Es importante la creación de conocimiento que emane de deconstruir los centros establecidos del conocimiento para desarrollar un conocimiento divergente, creativo y flexible que aporte nuevas miradas a la comprensión del mundo.
Esto requiere de un trabajo colaborativo e interdisciplinar donde dos o tres docentes interpelen entornos dialógicos, de reflexión y comprensión continua dentro de una misma aula conjugadas con arquitecturas transparentes a entornos y realidades ecosistémicas diversas. Espacios abiertos llenos de todos los paisajes posibles, que inviten a jugar conociendo, a crear inventando y discutir soñando; que desborden la pasión, la empatía y el amor e inquieten la razón y la lógica del pesado mundo real.