Estamos actualmente ante una revolución tecnológica en muchos aspectos de la vida diaria, no solamente en la industria y la logística; sino de igual forma como se ha ido plasmando en otras ediciones de este espacio, se están creando disrupciones tanto en lo social y cultural incluso, sin que existiese algún antecedente igual.

Esto ha traído como consecuencia muchas mejoras o nuevas formas de hacer las cosas, donde últimamente el espacio ocupado por empresas tradicionales ahora sea cada vez más competido por empresas de reciente creación lideradas por jóvenes directivos o consejos de administración experimentados, generando una sinergia interesante.

Si bien el término acuñado de Industria 4.0 ha ido perdiendo algo de popularidad a raíz del surgimiento de otros conceptos como “metaverso” o la propia “inteligencia artificial”, lo cierto es que no debe descartarse el que las nuevas formas de producción, servicio e incluso venta estarán de alguna apoyadas por todas estas tendencias, además del soporte que ya brinda la ciencia de datos que estaría convirtiendo la información y aplicación financiera, en indicadores de tiempo real para la toma de decisiones.

Razones financieras como la “prueba de ácido”; la rotación de inventarios, necesidades de financiamiento, capital de trabajo, entre otros, estarían trayendo consigo la capacidad de la empresa de poder hacer una gestión mucho más efectiva y eficiente de sus recursos, sobre todo en la toma de decisiones de apalancamiento para crecimiento del negocio.

Imaginen una forma de conjugar todo tipo de tecnologías que nos permita además de medir los procesos productivos, una mayor interconexión con datos gerenciales como la gestión de inventarios, cobranza, costos de venta, así como las fuentes de financiamiento más favorables para las necesidades del momento. Algunos ejemplos podrían ser: arrendamiento, factoraje, gestión del capital de trabajo, comparación de opciones de apalancamiento, además de una preevaluación de la factibilidad de nuevos proyectos.

Cabe destacar que Guanajuato cuenta con cerca de 20 centros de innovación e investigación, que esperemos sigan cosechando desarrollo tecnológico y sobre todo económico para que, el día de mañana, la entidad pueda compararse no solo en términos de crecimiento con Asia, sino en automatización, productividad laboral y más ambicioso aún, a una calidad de vida mucho más similar a la europea, sin que esto merme nuestras ventajas competitivas y comparativas tanto como región Bajío sino también como país.

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