Espacios de coworking: la visión millennial de la oficina moderna

Por Rodolfo Nuñez

 

Hablar de espacios compartidos de trabajo con desconocidos, espacios abiertos, zonas de café comunitarias y reserva de salas de juntas puede sonar un poco extraño o funcional para la mayoría de personas trabajadoras mayores de 40 años.

 

La Generación X (mayores de 40 años) somos una generación que aprendimos a desarrollar la pertenencia, nos gusta saber que el espacio donde vivimos y trabajamos es nuestro, tenemos mayor empatía por la posesión y demostramos socialmente el éxito a través de la pertenencia, es por eso que nos gusta saber que nuestra oficina es nuestra oficina. Pasamos la mitad del tiempo laboral consiguiendo que una gran parte de nuestro ingreso se refleje en una bonita oficina privada. Los X crecimos añorando una oficina privada que demuestre visiblemente quién es el director.

 

En contra parte, la generación que nos secuela, los millennials, no adquieren esa forma de pensar, por el contrario, a ellos no les interesa “tener” sino “pertenecer”, generan una definición diferente del liderazgo alejándose de la tradicional línea de directores y prefieren el liderazgo compartido. El éxito para un millennial no está reflejado en un espacio de trabajo, sino en viajes o experiencias.

 

Es así que la brecha generacional abre una oportunidad a una nueva forma de trabajar: el coworking. Un espacio abierto, comunitario, donde nada es de nadie y todos conviven entremezclados desarrollando ideas y fortaleciendo sus relaciones públicas. 

La idea de poder compartir un piso, infraestructura y gastos de mantenimiento entre varias personas resulta ser atractiva para un mercado laboral joven que piensa que emprender es el único camino para alcanzar el éxito, tarea que casi siempre va acompañada por más sueños que capital y más ganas que participación de mercado.

Es el coworking una solución adecuada para un profesionista joven, para el emprendedor o para la micro empresa que no se complica la vida con deseos de posesión y que no alimenta gastos fijos que considera innecesarios, como una renta, un sueldo de una secretaria, el pago total de servicios, infraestructura, muebles, etcétera.

A diferencia de una oficina tradicional comandada por un cuarentón, el espacio de coworking de entrada significa la erradicación de una cuantiosa inversión en mobiliario, decoración y servicios que para muchos de mi generación significó el principal problema para lograr emprender o el principio del fin de poder mantener un negocio bajo rentabilidades económicas.

Actualmente se tienen estadísticas[1] exactas del sector:

  • El número de espacios de coworking ha crecido un 22% (en el mundo) y el número de miembros supera ya el 41% de la fuerza laboral de los países desarrollados
  • En total hay unos 13 mil 800 espacios en todo el mundo, y un total de 1 millón 180 mil coworkers.
  • El 79% de espacios dicen ser “más que un espacio de coworking”, un 15% se definen sólo como un espacio de coworking y el 6% no pueden tomar una definición exacta de qué ofertan además del piso de trabajo.
  • Más del 70% de los espacios de coworking  prevén extender su negocio de alguna forma.
  • Solo el 56% de la media de coworkers saben el nombre de todos los coworkers que trabajan en su mismo espacio de coworking.
  • Más del 70% de los miembros dicen tener una vida más saludable que trabajando en una oficina convencional.
  • 68% dice que se concentra mejor en un espacio de coworking.
  • Más del 40% de los coworkers siguen trabajando en los horarios de oficina tradicionales,con un total de 9 horas y 3 minutos al día teniendo en cuenta las pausas.
  • Cerca del 30% trabaja por la tarde a partir de las 17:00 hasta las 22:00 horas;  y más del 20% trabaja de forma intermitente o irregular.
  • 92% están satisfechos con su espacio de trabajo.
  • 90% se sienten más confiados de lo que están haciendo trabajando en coworking que en una oficina corporativa o tradicional (al no tener espacios de jerarquías, no existe la sensación de estar bajo órdenes o supervisiones).
  • 70% prefiere flexibilizar sus horarios de trabajo.
  • 70% reportan tener más tiempo para cuidar de su salud y sentirse mejor (existen espacios de coworking que además incluyen acceso a gimnasios o mantienen programas de alimentación vegana).
  • 68% opinó que se concentran mejor en el trabajo.
  • 64% opina que un esquema de coworking es mejor para alcanzar sus objetivos en tiempo y forma.
  • Finalmente, el 78% de los coworkers son menores de 40 años.

Así las cosas, la tasa de crecimiento de los espacios de coworking van a la alza y han generado un nuevo negocio inmobiliario al parecer muy rentable para los inversionistas que ya sea transformando espacios o construyéndolos albergan a la generación laboral más grande en tamaño de población generando un negocio de escala que se prevé va tener un crecimiento del 20% constante durante los próximos 20 años.

 

[1] Estadística publicada en diferentes medios electrónicos derivada de la encuesta: Global Coworking Survey realizada en 2018 por la revista Forbes.

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