Expandir el aprendizaje: apostando por lo digital
Cuando superamos la pandemia por COVID‑19, las universidades comprendimos que era necesario prepararnos para emergencias futuras y para nuevas formas de conocimiento y aprendizaje. La educación en línea se consolidó entonces como una modalidad estratégica, no sólo para la educación universitaria, sino también para la economía global.
Según Statista, el mercado mundial de educación digital alcanzará más de 200 mil millones de dólares en 2025, con un crecimiento sostenido del 9,25 % hacia 2029. Estas cifras reflejan la preferencia de los estudiantes por la flexibilidad, adaptabilidad y accesibilidad que ofrece la educación en línea.
Pero más allá de los números, lo que observamos desde la academia es una transformación profunda: las personas ya no aprenden de manera rígida; buscan trayectorias personalizadas, que respondan a sus necesidades, tiempos e intereses.
El mercado de la educación en línea es atractivo y rentable, y se ofrece tanto en instituciones con reconocimiento oficial como en plataformas de acceso abierto o suscripción. Sin embargo, para las universidades, esta modalidad representa la democratización del acceso al conocimiento, con responsabilidad social y compromiso con la calidad académica.
Si bien en la actualidad existen infinidad de microcursos y plataformas virtuales, las universidades garantizan credibilidad y acompañamiento al crear ecosistemas estratégicos que permiten el acceso a la educación con un respaldo académico, aunque es la capacitación empresarial y formación corporativa la que proyecta un mayor dinamismo.
Grand View Research estima que el mercado de e-learning corporativo crecerá 21,7 % entre 2025 y 2030, impulsado por la necesidad de las empresas de formar y actualizar a su personal rápidamente, sin detener la operación. Es así, que las universidades juegan un papel fundamental como socios estratégicos al aportar experiencia académica y estándares de calidad con un sentido humano.