Panorama incierto ante grandes desafíos

Nos encontramos este año 2025, ante un mercado global e interno que ha estado marcado por la incertidumbre. Se tienen en la mesa distintos puntos de riesgo tanto externos como internos para México, sin embargo, pareciera que las cosas no van tan mal, aunque para infortunio de muchos, en efecto los datos económicos no son halagadores.

He aquí un ligero recuento de los hechos y riesgos:

Internos

● Déficit fiscal cercano al 5% del Producto Interno Bruto (PIB).
● Escalada en la violencia criminal y su repercusión en la economía.
● La reforma judicial puesta en marcha.
● Distorsiones en la oferta y la demanda.
● Estancamiento de inversiones.

Externos

● Política arancelaria global de EUA.
● Conflicto comercial y represalias EUA vs. China.
● Renegociación de distintos tratados comerciales.
● Política de producción petrolera por la OPEP.
● Estancamiento económico global.

El contexto económico actual en México

¿En qué se traduce para México? Según la encuesta del Banco de México, se prevé una inflación nominal cercana al 4% en 2025 y 3.75% en 2026. La inflación subyacente se mantendría ligeramente por encima. En resumen, no se anticipa una baja significativa en la inflación y las consecuencias que conlleva.

Así también, en otro rubro económico como lo es el crecimiento porcentual del PIB, se pronostica que el crecimiento para el término del año sea cercano al 0.20% anual, así como para el 2026, el beneficio de la duda de una proyección cercana al 1.30%. Es decir, en este año la economía no crecerá, seguirá estancada, por lo que el Banco de México tendrá el gran reto de reducir sus tasas de interés para incentivar la economía o mantener una postura ortodoxa para “controlar” la inflación.

El contexto económico actual en México

No por nada, la tasa de referencia ha bajado del 11% en 2024 al 8% en julio de 2025, con proyecciones de 7.50% para fin de año y 6.75% en 2026. Esto afecta la paridad peso-dólar, que hoy ronda los $18.80, con estimaciones de hasta $20.70 para 2026. La expectativa general es una depreciación, ya que menores tasas reducen el atractivo para el capital extranjero “golondrino”.

En consecuencia, ya se empieza a sentir una desaceleración económica: menos consumo y un poder adquisitivo mermado, así como menos ingresos para los negocios, lo que pone en riesgo empleos y empresas. Por ende, queda una atenta invitación a mantener la calma, tomar decisiones financieras y ser precavidos con el gasto desmedido o innecesario.