En la actualidad, es indispensable que las escuelas cuenten con un programa integral y transversal de formación en sustentabilidad. El estudiarlo en el aula no es suficiente, se requiere llenar de experiencias a los estudiantes para que no solo la estudien, sino que vivan la sustentabilidad, pues son ellos a quienes les tocará tomar el liderazgo en la materia en su casa.

No podemos limitarnos a explicarle a los alumnos la importancia de la separación de basura, pues dicha explicación debe ir acompañada de la experiencia de realizar una separación de residuos adecuada, así como una correcta gestión de los mismos.

 

Contar con un compostero puede ayudar mucho para el tratamiento de los residuos orgánicos. Además, es importante también tener recipientes donde la comunidad sepa que puede depositar las latas de aluminio, otro para envases de PET, uno más para el vidrio, otro para el papel, y finalmente, uno para la basura que irá al relleno sanitario. Si los jóvenes tienen la posibilidad de participar en un manejo de residuos adecuado, podrán entonces transmitir a su familia estos hábitos.

Hay algunos otros temas que requieren de mayor inversión, como puede ser una planta de tratamiento de aguas residuales, o bien la instalación de paneles solares que generen el equivalente al consumo eléctrico del campus.

 

Pero existen más alternativas que implican solamente una modificación en el quehacer de cada día, como puede ser una campaña de ahorro de agua, disminución en el uso de hojas de papel en la gestión de la institución o incluso fomentar el transporte escolar o las famosas “rondas” para llevar y recoger a los niños en la escuela, pues el mayor impacto ambiental son las emisiones de los vehículos que trasladan al personal y a los estudiantes día con día.

Cabe señalar que, si no se cuenta con la disposición de realizar cambios en nuestros hábitos en casa, los esfuerzos que realice la escuela poco podrán aportar a una modificación de fondo del problema ambiental en el que estamos inmersos.

Comparte: