Inmediatez y satisfacción con nuevos modelos de negocio. 

El término economía digital surgió en la década de los 90 y engloba las actividades comerciales basadas en tecnologías de la información, Internet y otras plataformas. La obtención de datos en tiempo real cambió nuestra forma de acceder a los productos y servicios tradicionales. Sectores como el bancario o el de compraventa se han transformado gracias a la tecnología.

El uso de las T.I. abrió paso a nuevas estrategias para crear, vender o distribuir artículos con un valor agregado, marcando un diferenciador con la competencia. Desde entonces, la forma de hacer negocios ha evolucionado.

Las principales características de la economía digital se focalizan en la conexión global, internacionalización, creación de productos y servicios digitales a menor costo con el fin de ofrecer, por ejemplo, cursos en línea, libros, música en streaming, banca electrónica, entre otros. Toda actividad en redes genera una gran cantidad de información, misma que es recopilada y analizada para personalizar, optimizar y mejorar la experiencia del cliente. De esta manera, aplicando algoritmos basados en las preferencias de cada usuario, se presentan ofertas específicas.

Con el uso de las plataformas tecnológicas los modelos de negocio han facilitado la interacción entre consumidores y proveedores, ya que los negocios digitales pueden atender a miles de compradores de forma remota mediante una aplicación o sitio web sin la necesidad de contar con un espacio físico.

Un hecho que marcó un antes y después en el desarrollo de la economía digital fue la pandemia por Covid-19. Debido al confinamiento la compra de alimentos, servicios, artículos de limpieza, calzado, ropa, medicamentos y demás insumos básicos, aumentó el comercio electrónico, los medios digitales de pago, la banca en línea y el trabajo remoto. (Paz, 2021)

Las operaciones de la economía digital se realizan mediante transacciones digitales, intermediarios tecnológicos, interacción virtual y distribución inmediata, reduciendo costos de inversión inicial y manteniéndose en constante innovación. Por otro lado, el incremento en el uso de tecnologías ha elevado la demanda de nuevas habilidades laborales como manejo de ciencia de datos, gestión de plataformas, optimización de la experiencia UX y, sobre todo, principios éticos en la inteligencia artificial.

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