Como psicóloga deportiva, una de las cualidades que más desarrollo con los clubes deportivos de élite, es el trabajo en equipo, ya que no solo es imprescindible para conseguir los objetivos en entrenamiento y competencia, sino también para sacar el máximo potencial de cada uno de los jugadores.
Si esto lo llevamos al terreno empresarial, podemos ver grandes similitudes. Tal y como pasa en el mundo del deporte, la formación de equipos de alto rendimiento es una parte muy importante para todo emprendimiento o empresa.
¿Qué es un equipo élite?
Son grupos de personas con responsabilidades específicas, que trabajan por un objetivo en común, diseñados para alcanzar un desempeño óptimo en cada una de las actividades que realizan. De este modo, un equipo de alto rendimiento permite a las empresas alcanzar los objetivos deseados y crear un sentido de unión para afrontar los retos a futuro.
Cuando hablamos de un equipo élite, no solo nos referimos únicamente a su calidad de juego en la cancha o en competencia, sino también al compromiso que tienen con el equipo, a la capacidad para ser flexibles y adaptarse a diversas situaciones complejas con la mejora constante.
¿Cómo conformar un equipo de élite?
1. Planifica objetivos inteligentes
El trabajo de un equipo élite requiere estructura y orden, lo cual se consigue a través de objetivos claros e inteligentes, que se planifican a partir de la metodología SMART:
- S (SPECIFIC) – Específico
- M (MEASURABLE) – Medible
- A (ATTAINABLE) – Alcanzable
- R (RELEVANT) – Relevante
- T (TIMELY) – A tiempo
De este modo, el equipo élite tendrá muy claro el objetivo a seguir, manteniendo una estructura que brinde una mayor probabilidad de alcanzarlos.
2. Desarrolla habilidades especializadas
Los miembros del equipo élite aportan habilidades específicas, a través de las cuales cada uno de ellos pone de su parte en un aspecto concreto de las actividades del club o, en este caso, de la empresa.
3. Desarrolla un liderazgo autónomo
A pesar de que la prioridad es el objetivo en común, los miembros de un equipo élite deberían mostrar un liderazgo autónomo, con el cual se desempeñen con determinación en lo que le corresponde.
Así como en el deporte, la conformación de equipos élite se convierte en piedra angular para el rendimiento óptimo, en las empresas será imprescindible para asegurar un rendimiento eficaz de cada una de las personas que la conforman.