En mi experiencia relacionada al ramo de la construcción y al haber trabajado en notarías y empresas hipotecarias, conocí diversas raíces de las problemáticas que obstaculizaban el desarrollo y crecimiento de arquitectos, así como riesgos al patrimonio de la constructora.
Esto sirve como base para nuestra colaboración en esta ocasión, así que les compartiré algunos aspectos a tomar en cuenta:
- Reglas. Establecer las reglas del juego desde el inicio es de vital relevancia para prevenir malos entendidos que pudieran derivar en poner en riesgo la empresa que has construido a lo largo del tiempo. Recuerda establecer en tu contrato todas y cada una de las condiciones a las que se comprometerán las partes en el desarrollo y edificación de cada proyecto.
- Pagos. Al inicio de toda relación, ninguna de las partes está contemplando incumplir, sin embargo, la vida da muchas vueltas y es importante aclarar las formas, fechas y lugares de pago tanto con clientes como con proveedores.
- Entrega. Una de las razones más comunes que pudieran derivar en algún tipo de desacuerdo es el retraso en la entrega de la obra, por tanto, habrá de esclarecer los motivos por los cuales se pudiera presentar esta situación y la forma en que ambas partes están de acuerdo en prevenir y solucionar este probable acontecimiento.
- Seguros. Así también, existen ocasiones que están totalmente fuera de nuestro control y que desafortunadamente habrá que contemplar, como daños y/o contingencias que pudieran afectar las inversiones y el retorno de capital. Nada mejor que proteger tu patrimonio y el de tu cliente y/o proveedor en beneficio de la conclusión del proyecto y del negocio en sí.
- Proveeduría legal. Tus proveedores son pieza clave en el desarrollo de tus proyectos, de ahí la relevancia de contar con los que se encuentran dentro de la legalidad, como negocios formales que respaldarán tu reputación y compromiso con el cliente, más allá del tamaño de la obra en curso.