En los últimos 10 años, hemos atestiguado un cambio radical en el uso de un buen número de azoteas de nuestra ciudad, tanto del sector doméstico como de los sectores comercial, de servicios e industrial, debido principalmente a la incorporación de equipos de aprovechamiento de energía solar, destinados tanto a calentamiento de agua como a generación de energía eléctrica.

Esta situación ha descubierto una serie de temas no considerados anteriormente que requieren atención urgente de varios actores, como son autoridades de Desarrollo Urbano, empresas inmobiliarias, peritos valuadores, aseguradoras, entre otros.

En el arrendamiento de locales comerciales y oficinas, rara vez está contemplada la azotea como parte de la superficie disponible, por lo que, cuando alguno de los inquilinos desea hacer uso de ella para realizar una instalación solar, se genera conflicto con los demás.

Por un lado, por los metros cuadrados que le pudieran corresponder, y por otro, por las condiciones de la superficie asignada, ya que puede ser que contenga equipos que hagan sombra, así como algún edificio aledaño, árboles, postes de luz, etc.; además, en el caso de los edificios en los que la superficie de azotea es reducida, ¿quién tiene derecho a utilizarla para aprovechamiento solar?

No tardamos en ver contratos de renta de locales comerciales, en los que se especifique en un plano el área de azotea de la cual podrá disponer cada inquilino, con precios del alquiler diferenciados en función de las características del espacio disponible para la instalación de equipos solares.

Esta situación está atrayendo también el interés de peritos valuadores, pues deben considerar en la valuación de un inmueble las condiciones de su azotea, pues aquella que cuente con una viabilidad técnica para la instalación de paneles solares, ya sea por orientación o por tema de sombras, tendrá un mayor valor de mercado.

Por último, está el tema de los seguros, abriéndose ahora la posibilidad de contar con nuevos productos que permitan asegurar los equipos instalados o considerarlos en el total del inmueble. Este punto ayudará a profesionalizar el sector solar, pues es muy probable que las aseguradoras exijan condiciones de instalación apegadas a la normatividad vigente, lo que frecuentemente no se sigue.

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