¿Qué hacer antes de tenerla?

Adquirir una mascota o tenerla es sinónimo de responsabilidad y compromiso, desafortunadamente no siempre es así. En la vida acelerada actual, muchas veces se decide tener una mascota, ya sea comprada o adoptada, ya sea si vivimos solos o con pareja. O si tenemos hijos, en algunas ocasiones es común que se les obsequie una mascota como compañía, apoyo o defensa.

Sin embargo, ahí comienzan las responsabilidades -así debería de ser-, como lo es la alimentación, los paseos, la limpieza y la atención veterinaria como la aplicación de vacunas y tratamientos, según se requiera, entre otras más.

Hasta aquí todo se lee muy bonito, pero hay una gran diferencia entre desear compañía y cumplir con los compromisos adquiridos con los animales que tenemos en casa. Por ello, ya sea un pez, un hurón, un hámster, un gato o un perro, es de vital trascendencia que se tenga un objetivo y un para qué las queremos tener.

Tu vida con una mascota

A nivel personal, en mi vida he tenido en distintos momentos a dos perros, Blacky y Bruno, un schnauzer y un gran danés, respectivamente, quienes llegaron a mi vida porque de manera consciente elegí tenerlos y adoptar las responsabilidades que conlleva.

No todo ha sido fácil, Blacky llegó a tener más de cien urolitos (piedras en la vejiga) y se requirió realizarle cirugía y tratamientos que implicaron cuentas, no de 5 ni de 10 mil pesos, sino mucho más, para que se prolongara su salud con buena calidad de vida.

Tu vida con una mascota

Por otro lado, Bruno, al ser de raza grande, su alimentación, su limpieza y sus salidas de esparcimiento, son necesarias sí o sí, sin opción. Por ejemplo, diariamente hay que realizar caminatas de por lo menos 30 minutos, lo cual, no siempre es motivante para mí, pero fue uno de los compromisos que me hice al aceptar tenerlo en casa.

Así que, si se te antoja adquirir una mascota, ¡piénsalo dos veces! En la era de la información tenemos la ventaja de poder investigar y asesorarnos antes de tomar la decisión.

Conocer cuáles son sus necesidades básicas, sus características según la especie o raza, qué tipo de problemas de salud o conducta podemos enfrentar, y con base en esto saber si somos aptos y/o estamos listos para asumir esas responsabilidades, evitando modas. Y si ya las tienes, asumirlas y presumir que eres un(a) gran tutor(a) que sea el ejemplo en casa con los tuyos.