Cada vez que publicamos imágenes o textos en las redes sociales, una parte de nosotros es percibida por quienes lo han visto y es la suma de estas pequeñas partes, lo que hace que las personas construyan una imagen de nosotros que quizá no sea a nuestra conveniencia.
Para lograr una congruencia entre lo que las personas ven en nuestra vida digital (Online) y nuestra vida real (Offline), es necesario aplicar algunas recomendaciones:

  • Medita qué es lo que deseas que la gente vea de ti cuando te busque en tu red social.
  • Los comentarios de tus publicaciones respaldan tu imagen, por lo que los demás van construyendo tu marca personal.
  • Al elegir tu foto de perfil, piensa cómo quieres que te vean. Elige tu vestuario, la postura de tu cuerpo y tu rostro.
  • En tu vida digital tienes una identidad y ese es el rastro que dejas cuando interactúas.
  • Las publicaciones que haces deben ser planeadas durante algún tiempo para que puedan posicionar tu imagen.
  • Tu huella digital es todo tu rastro y es imborrable, lo que hagas te suma o te resta valor. Sé precavido con lo que publicas.
  • Tu reputación virtual la hace tu comportamiento digital, ¿lo habías pensado?
  • Busca tu nombre en Google para que analices la información que aparece. Haz un mapeo de tus redes, compara fotos asociadas a tu nombre y al menos cada 6 meses haz esta revisión.

Siempre muestra lo mejor de ti, interactúa amablemente, comparte contenidos que realmente aporten a tu comunidad digital, respeta la privacidad de otros y si te es posible, abstente de replicar lo que no estés seguro que sea verídico o acorde a tus propios valores.

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