Quizás cuando pensamos en un abogado, decidiremos que lo que precisa para tener éxito es la capacidad de hablar, el manejo elocuente del lenguaje, el uso correcto de las formas y gran eficacia a la hora de comunicar.
El abogado es el profesionista legalmente autorizado para asesorar y defender los derechos e intereses de otra persona en materia jurídica y representarla en un conflicto, de modo que la imagen física de un abogado debe transmitir los mensajes adecuados para saber si es un profesional en quien puede depositarse plena confianza.
La mayoría de las personas nos hemos encontrado en diversas situaciones en las que hemos necesitado recurrir a buscar asesoría legal para darle solución, y esa elección es muy importante, pues muchas veces significa seleccionar a una persona que nos representará y negociará en nuestro nombre.
Es importante elegir a un experto que comparta nuestros valores, que tenga experiencia y calidad humana y además, que sus honorarios estén dentro de nuestras posibilidades económicas, de manera que su Imagen debe mostrar las cualidades de quienes lo buscan. Para ello, si eres abogado, debes desarrollar las siguientes cualidades:
1. Tener facilidad en la expresión del lenguaje. Expresarse de manera clara y precisa es fundamental en los tribunales, en la atención de sus clientes y en las negociaciones empresariales.
2. Ser sociable y empático. Es la forma de mostrarnos seguros de nosotros mismos, comunicativos y extrovertidos.
3. Ser disciplinado y ordenado. Sólo así mostraremos estar al pendiente de caducidades, prescripciones, fechas, planes y plazos.
4. Mostrar conciliación y diplomacia. Necesarias para enfrentarse con clientes complicados o difíciles que requieren de un trato respetuoso y firme.
5. Poseer la habilidad de la persuasión. Es necesario convencer y conseguir con razones y argumentos que otra persona actúe como le pedimos.
Obviamente, la imagen está conformada por el vestuario, la comunicación y el lenguaje, y el mundo jurídico no escapa a esta combinación. La imagen personal de un abogado debe prepararse para varios escenarios, desde
negociaciones con empresarios, litigios en cortes y visitas a celdas o prisiones, lo mismo estará haciendo relaciones en despachos de primer nivel, como arreglando conflictos familiares en hogares y cofradías.
Su imagen debe saber qué comunica y cómo lo hace. Tanto los hombres como las mujeres, deben usar colores sobrios que reflejen seriedad, prendas de cortes clásicos que transmitan una imagen conservadora, leal y de alta credibilidad.
El traje y el sastre ayudan a uniformar tanto personas como criterios, es la prenda que por excelencia, nos permite aparentar una imagen formal y de confianza. El traje en tonos grises resulta discreto y elegante, que proyecta accesibilidad, respeto y amabilidad.
Desde luego, la palabra es la habilidad más destacada que un abogado debe contemplar, pero aún más importante será la imagen que pueda ayudarle a transmitir los valores de confianza, experiencia, responsabilidad y liderazgo.