Un milagro es un suceso inaudito que rebasa toda lógica humana permitiendo vivir un agasajo y gozarlo. Y es que esta canción es un milagro, pues no hay otra forma de describir a este pedazo de joya. Desde diferentes ángulos, no hay nada más que rareza y belleza al mismo tiempo.
Es la combinación perfecta entre lo cursi y color de rosa, lo oscuro y lo profundo. De esas canciones que son únicas y te llegan una vez cada poco. Pero no puedo seguir sin dar el contexto completo.
Este bellísimo cover de “You Sexy Thing” por Caleb Hawley, lo escuché junto con un plano secuencia muy sui géneris. Fue de esas veces que la canción embellece la película o serie que estás viendo de tal forma que necesitas urgentemente conocer el nombre de dicha canción.
Estoy hablando de la ya muy aplaudida serie de Guillermo del Toro “Gabinete de las Curiosidades”. Es el capítulo 4, una mujer fea quiere ser hermosa, así que trata de comprar el producto más milagroso de la televisión. Sin embargo, hay reacciones y consecuencias tanto en su cuerpo como en su entorno social que hacen que ella ya no sea la misma.
Y entre tanto drama, tenemos un clímax muy estrafalario, y con el permiso de ustedes, describiré la canción como un bellísimo caos. Un remolino de emociones, de principio a fin. Sí, la melodía es extraña, pero le da todo el relleno y sabor que necesita la escena. Y es que cuando una canción es perfecta para una película o serie, la dejas completa, como ocurre en este capítulo.
La canción tiene un bajo muy funky y ochentero. La voz, muy al estilo de Prince y conforme va avanzando van incrementando los instrumentos y el ritmo se va haciendo mucho más groovy. Sin embargo, el producto final es muy minimalista, recordando por momentos a “Royals” de Lorde, “Kiss” de Prince y al mismo tiempo trayendo un aura tan única que entras dentro de la canción. La vives, la puedes sentir.
Es muchísimo más lenta que su versión original, y claro, carece de los mismos instrumentos. Esta es una versión mucho más tecnológica. Recordemos que la versión original, de los Wild Cherrys, es setentera. Aún así, ambas versiones son exquisitas.
Es empalagoso, es tóxico, es genial, es versátil, es sencilla, y es perfecta.