Una exploración del horror corporal en el cine

Cuando hablamos de terror o de horror, siempre surgen preguntas sobre sus diferencias, similitudes o qué es lo que define a cada género. En lo referente al séptimo arte, estas distinciones se fundamentan profundamente en lo que se ve y lo que no se ve. Podríamos resumirlo así: el terror es lo que sientes cuando temes lo que podría pasar y el horror es lo que sientes cuando ya estás frente a lo monstruoso o inaceptable.

En esta entrega, me decanté por el horror, específicamente el horror corporal, por su presencia atemporal, compleja y, muchas veces, misteriosa. Cada persona tiene su propio umbral y definición de lo que resulta horroroso. Lo que a unos fascina, a otros perturba.

La Mosca (1986)

Probablemente, el mayor exponente del género sea David Cronenberg. Con títulos como “La mosca” (1986) y “Videodrome” (1983), se ha consolidado como un referente en este nicho tan particular. Una de sus obras más recientes, “Crímenes del futuro” (2022), me dejó perplejo por las posibilidades que plantea. 

Ambientada en un futuro distópico donde los cuerpos evolucionan para adaptarse a un mundo contaminado, plantea preguntas sobre la naturaleza, el arte y la mutación. Es una cinta que provoca admiración, repulsión y morbo, sin soltar nunca al espectador.

Voraz (2016)

Si Cronenberg representa la vieja guardia del horror corporal, Julia Ducournau es clave en su renovación contemporánea. Desde su corto Junior” (2011), se perfilaba ya como una realizadora destacada dentro del género. Personalmente, mi título favorito es Voraz” (2016), donde su protagonista irá descubriendo, poco a poco, su gusto por la ingesta de carne humana y el origen de este apetito tabú. Podríamos describirla como un coming-of-age del horror corporal, que intriga por su desarrollo inusual y su carga simbólica.

Voraz (2016)

Siguiendo con la temática del canibalismo, cierro esta entrega con una película que me sorprendió gratamente, sobre todo porque su director no se asocia comúnmente con el horror corporal. En “Hasta los huesos” (2022), Luca Guadagnino presenta una historia profundamente romántica, en su forma más cruda y pura, donde el horror corporal no es accesorio, sino un elemento perfectamente integrado a la trama.

El horror corporal nos permite explorar los límites de nuestros instintos y miedos más básicos. Nos repele, pero también nos intriga. Es ese gusto extraño que nos aleja… y, al mismo tiempo, nos atrae con fuerza.