Al hacer alguna presentación en público, ¿te has puesto nervioso, con manos temblorosas, sudando o con la boca seca, náuseas o pánico? ¿Acaso esta situación te llevó a sentir fracaso y frustración?

En su mayoría, las personas evaden las situaciones en las que deben tomar un micrófono, hablar en público o dar un discurso, porque frente a un grupo nos volvemos el centro de atención, y eso provoca miedo.

Sin embargo, la habilidad de enfrentar ese miedo puede ayudarnos a lograr nuestros objetivos y metas inimaginables, pues nos permite exponer con claridad nuestros proyectos y planes a los demás y así alcanzar el éxito. Por lo tanto, sería muy positivo desarrollar la capacidad de hablar en público sin el temor de fracasar.

Es importante saber que el miedo a hablar en público es una forma de ansiedad que puede variar desde un nerviosismo leve a un miedo paralizante, conocido con el término “glosofobia”.  Sin embargo, sentir miedo es normal, lo importante es no dejar que este nos limite.

Para lograrlo puedes seguir estos consejos:

  • Debes dominar el tema que expones. Nunca memorices los textos y siempre puedes utilizar tarjetas de apoyo.
  • Si te equivocas, corrige y continúa, no des más importancia al hecho de la que realmente tiene.
  • Las presentaciones con diapositivas son una guía para tu exposición, más que para el público. Así que diseña tu material de acuerdo a tu lógica.
  • Si durante la exposición olvidas la información, respira profundo, sonríe y continúa.
  • Si sientes que te tiemblan las piernas o las manos, aprieta los glúteos y mantenlos así durante unos segundos, verás cómo la tensión desaparece sin que nadie lo note.
  • Aprende técnicas de respiración, como la respiración diafragmática y de relajación, pues te ayudarán a enfrentar cualquier situación.

Un factor muy importante que debes tener en cuenta al momento de hablar en público, es el debido cuidado de tu imagen personal, es decir, cómo debes

vestir y cómo debe ser tu actuar personal. Así es mucho más fácil que una presentación sea un éxito, porque al verte la gente se hará una idea de ti según tu aspecto personal. No olvides que las primeras impresiones son muy difíciles de cambiar.

Elige tu vestuario de acuerdo al protocolo de tu presentación, ya si es una reunión de trabajo formal, un encuentro informal o una cena de gala. Asimismo, los nervios pueden hacernos sudar, por lo que elegir prendas de telas naturales y usar un perfume o una colonia nos ayudará a solventarlo.

Olvida los accesorios ruidosos como varias pulseras o collares, cuida tu corte de cabello y que tus zapatos estén lustrosos. No olvides mantener una postura erguida al caminar o al estar en el atril y sonreír durante toda la presentación.

Y por último, llega con tiempo suficiente para organizar con anticipación el adecuado funcionamiento de tus dispositivos, el micrófono, así como el sistema de audio y video. Visualiza tu éxito y todo saldrá bien.

Comparte: