Mujeres en la pantalla
A lo largo de la historia, las mujeres han forjado, con base en una lucha constante que persiste hasta nuestros días, el espacio que sistemáticamente se les ha negado por estructuras patriarcales aún vigentes. El cine, como reflejo social, ha sido una herramienta poderosa para visibilizar esa resistencia y poner en primer plano historias que durante mucho tiempo fueron silenciadas o marginadas.
Un claro ejemplo es Talentos ocultos (2016), que retrata el papel fundamental de tres científicas afroamericanas en el programa Mercury de la NASA y en el vuelo del Apollo 11. Más allá del logro científico, la fuerza del filme reside en mostrar cómo Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson enfrentaron barreras de género, raza y clase para convertirse en figuras clave de uno de los mayores hitos tecnológicos de la humanidad.
En una línea similar, Historias cruzadas (The Help, 2011), basada en la novela de Kathryn Stockett, ficciona la vida de mujeres afroamericanas trabajadoras del hogar en el sur de Estados Unidos durante los años 60. Aunque ha sido criticada por su enfoque desde una narrativa de “salvador blanco”, permite acercarse a una realidad social marcada por la desigualdad, mostrando cómo sus protagonistas encontraron formas de resistencia silenciosa y dignidad cotidiana.
No podía dejar de lado Retrato de una mujer en llamas (2019), una obra que nos traslada a la Francia del siglo XVIII con una historia sutil y profundamente emocional. Lejos de mostrar un logro visible, presenta la lucha interior de una mujer frente a un destino impuesto. A través del vínculo entre una pintora y la mujer que debe retratar, el filme aborda el deseo, el arte y la libertad como formas de rebeldía íntima. Aquí, los silencios y miradas dicen más que las palabras.
Estos filmes, cada uno desde su enfoque, coinciden en algo esencial: la reivindicación de lo femenino como una voz poderosa, resiliente y compleja. Verlas no solo implica disfrutar del cine, sino también ejercer memoria, empatía y conciencia ante las múltiples formas de lucha que siguen habitando —y resistiendo— en la gran pantalla.