Las nuevas  narrativas de experiencias sensoriales en restaurantes  donde la atmósfera, el ambiente, el diseño y la decoración artística con la estética del buen comer implica fusionar un buen diseño arquitectónico con el arte culinario.

Este viaje lo iniciamos en el corazón de Polanco en la Ciudad de México con el restaurante *KYU de Roberto Khalil, que une arquitectura, arte y decoración, con terraza y bar de ónix, es un speakeasy coronado por una pirámide acristalada, acabado en madera quemada; *el Lago del Bosque de Chapultepec con 50 años del Arq. Félix Candela, con su paraboloide hiperbólico; *el Sud 777, es la casa antigua con la mesa del chef al centro, combina intimidad y espacios abiertos en terrazas ajardinadas con piedra y agua; *el Lardo, en la Condesa, de la chef Elena Reygadas con su barra con una atención personalizada, de estilo vintage; *el Hotel Carlota del Arq. Javier Sánchez con una fusión histórica contemporánea integra las mesas con vista a la alberca y una celosía da al patio.

*El Emilia en la Cuauhtémoc en cantera, mármol y cobre, con una barra la centro de ocho tiempos; *el Blanco Colima de mosaicos tradicionales, tabique aparente y mármol en una arquitectura de códigos coloniales en una fusión de comida y arte; *el Lorea en la Roma, entre el neocolonial y lo contemporáneo con su cocina abierta.

*El Piantano argentino con sus terrazas de techumbre de cristal y velarías, con una chimenea central; *el Arango con gastronomía mexicana y sus vistas a través de grandes ventanales de cristal al monumento a la revolución. Son restaurantes que combinan en arte culinario y la arquitectura de atmósferas.

En Monterrey, *Romero y Azahar con su doble altura, remata con un bello jardín; a su vez *Koli marca el buen comer con 13 tiempos con maridaje y *el Krei de comida contemporánea, un edificio semicircular con la cava como centro del espacio y diversos ambientes. En León Guanajuato, el restaurante *La Cocinoteca del Hotel Emiliano en un recién restaurado edifico porfirista por el Arq. Zermeño y atendida por el chef Juan Emilio Villaseñor; además de ganar el premio al mejor restaurante de hotel de México.

En Guadalajara *el Hueso, experimental de sabores en una mesa larga para lograr la convivencia unida a una cocina sin muros, con paredes en blanco y decoración de huesos; en Querétaro *el Tikua, con su cocina tradicional del sureste de México y *el Alioli Gastrobar de comida española, ambos en casonas del siglo XIX. En Puebla, el restaurante *Casa Reyna en un edificio del siglo XVII, de cocina poblana que va desde mole de caderas hasta los escamoles. Restaurantes dignos de ser gozados en el los artes culinarios y arquitectónicos.

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