Cómo las leyes salvaguardan los intereses en la industria musical
El mundo del entretenimiento es uno de los sectores más lucrativos que existen, y también uno de los más explotados. Si nos vamos a los extremos, también es el más sacrificado económicamente y por otro lado uno de los que más genera dinero.
Pero, ¿cuál es el negocio y quién tiene derecho a esta parte económica en la industria musical? Vamos a comenzar por partes. Cuando escuchamos una canción en alguna app, videos, o simplemente utilizamos la música como parte de estrategia dentro de un medio de comunicación como radio o televisión, esto nos lleva a generar alguna utilidad monetaria y en ese momento nosotros estamos lucrando con el talento de muchas personas.
Por ello hay leyes que protegen a cada individuo que estuvo relacionado en la creación de la canción, letra, melodía, producción, entre otros aspectos. Se le llama derechos de autor, y de este se desprenden muchos artículos para defender a sus autores, ya que sin estas leyes, toda persona podría generar gracias a “alguien“ dinero y ser retribuida con un porcentaje de ganancia los creadores.
Imagínate que tú escribiste un éxito del cual todos cantan y lleva en el mercado décadas, y gracias a esta canción muchas personas ganan dinero, ¡y tú no! Es por eso, que la Ley Federal sobre el Derecho de Autor de 1948 (publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de enero de 1948), fue la primera ley de Derechos de Autor adoptada en México. Claro, ya tiene modificaciones en la actualidad.
Las obras que se prestan a la protección por derecho de autor van desde los libros, la música, la pintura, la escultura y las películas, hasta los programas informáticos, las bases de datos, los anuncios publicitarios, los mapas y los dibujos técnicos. Básicamente en todo
cuando se registran.
Gracias a esta ley, podemos tener el registro de nuestra obra y protegerla. Por eso todos los artistas en la actualidad luchan por tener muchas reproducciones en las apps de música y videos, pues generan grandes cantidades de dinero que se distribuyen entre el compositor, cantante, colaboradores y, por supuesto, el medio donde se reproducen.
Imagínate lo que generan mensualmente Taylor Swift, Dua Lipa… ¡el mismo Luis Miguel! Millones en conjunto de apps, por ello siempre se tienen que registrar tus obras, para que en algún momento puedas generar y, sobre todo, respeten quién fue el autor.