Hace muchos años que el planeta no era atacado por una pandemia como la que estamos viviendo en estos momentos, nuestra economía se tambalea, así como el sector de alimentos.

Los efectos de una pandemia son devastadores para cualquier sector económico, en especial para el sector restaurantero. Estamos acostumbrados a ver restaurantes llenos y algunos hasta con lista de espera, y ver estos establecimientos cerrados durante un largo periodo de tiempo, es verdaderamente desgarrador.

Para muchos empresarios, dueños de restaurantes, es complicado mantener la plantilla con un establecimiento cerrado, algunos optaron por hacer recorte de personal, afectando a familias enteras, unos trabajan con la mitad del personal y con servicio solo para llevar y otros lamentablemente decidieron cerrar definitivamente sus puertas.

Un claro ejemplo de lo que estamos viviendo durante esta contingencia, es el cierre repentino de uno de los restaurantes con servicio buffet más grande en la ciudad, establecimiento de los pocos que contaba con el “Distintivo H” en la ciudad, que hace unas semanas anunció su cierre definitivo sin dar

mayores explicaciones.

La mayoría de establecimientos paulatinamente están reabriendo sus puertas, siguiendo las debidas recomendaciones sanitarias que dicta el sector salud para esta nueva normalidad, apoyado de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) que desde el pasado 19 de mayo, su presidenta Helen Anaya Sanromán,  anunció que comenzaría con los preparativos para la primera etapa de reactivación de los establecimientos pertenecientes a su sector.

Los restaurantes reabrieron con una capacidad del 30% para de esta manera, poder garantizar la sana distancia. Aun que, desde el pasado mes de mayo, algunos restaurantes de la cuidad ya contaban con servicio no solo para llevar.

Aun con la reapertura de establecimientos de diferentes sectores, no debemos bajar la guardia, debemos seguir cuidando de nuestras familias, acatando las indicaciones brindadas por el sector salud, como son: el uso de cubrebocas en espacios públicos, la higiene de manos frecuente, el uso de gel antibacterial, evitando el saludo de mano, respetar la sana distancia, salir si de verdad es necesario, entre otras recomendaciones.

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