Las personas que actualmente se dedican a organizar eventos de cualquier índole, representan un alivio para cualquiera que tenga la necesidad de ser un buen anfitrión y no sepa cómo hacerlo.

Un organizador de eventos es un profesional que debe trabajar de forma multidisciplinaria y dominar distintos campos de acción, desde el diseño y planeación del evento, hasta la elaboración del presupuesto y los resultados del mismo, así como el conocimiento de protocolos de convivencia social y presentaciones de etiqueta.

Existen muchas personas dedicadas a esto y la competencia les obliga a diferenciarse y proyectar confianza para ser elegidos para realizar cualquier celebración. Por eso es conveniente desarrollar una imagen personal y profesional que le ayude a lograrlo en las diferentes etapas de su proyecto.

Prospectación y diseño del evento.

Aquí el organizador de eventos recopila información, clarifica los objetivos y conoce al cliente, por lo que debe ser puntual a las reuniones, presentarse vestido formalmente, con colores acordes a la temática del evento que se le requiere, ser amable y accesible.

Planificación del evento.

Debe mostrar seguridad y experiencia en la toma de decisiones al delegar funciones en sus colaboradores, ofrecer materiales, lugares y modalidades, mostrando conocimiento y debe proponer la mejor calendarización tomando en cuenta distintos factores.

Elaboración del plan de marketing.

El organizador debe mostrarse conocedor de las diferentes campañas de redes sociales, prensa y diferentes medios, mostrando el conocimiento para ofrecer el mejor producto, por ello, su imagen virtual debe cuidarse en detalle.

Producción.

Ya que implica el montaje y el desarrollo del evento, el organizador de eventos debe cuidar que cada detalle sea perfectamente supervisado para que mantener el control, presentarse con una vestimenta adecuada al evento y mantener la formalidad de su imagen durante todo el evento.

Post evento.

Hay que cuidar la imagen acudiendo puntual a la última cita con su cliente, con vestimenta formal y profesional, con todas las evaluaciones realizadas en todos los aspectos que sea necesario tratar, y al recibir alguna crítica mantenerse positivo y agradeciendo la retroalimentación correspondiente.

Cuando un organizador de eventos está bien preparado, tiene experiencia y mantiene una imagen de seguridad, el cliente puede sentirse seguro y concentrarse en otros elementos. Es por ello que la imagen que proyecte con estos detalles en su actitud y desenvolvimiento, proporcionarán confianza en su trabajo.

Comparte: