No todos los músicos, productores, cantantes o grupos logran consagrarse en la industria de la música. Pocos son los que entran a ese selecto grupo en el que su trabajo resonará a través de los años y por supuesto, también las regalías. En esta ocasión quisiera dedicarle esta colaboración a aquellos artistas que supieron aprovechar la fama para emprender, logrando el éxito dentro y fuera del escenario.

Jay-Z

Además de su exitosa carrera como músico rapero y productor, cuenta con algunos modestos negocios, como una cadena de bares deportivos, una marca de cannabis, un equipo de básquetbol, una línea de ropa, un sitio web de estilo de vida y su propia plataforma de streaming; un imperio del entretenimiento valuado en más de 60 millones de dólares.

Madonna

Con una fortuna en 520 millones de dólares, esta cantante, productora, diseñadora, directora de cine, actriz y madre, conoce a la perfección la fórmula del éxito: poner atención a cada detalle en lo que hace. Por cierto, conoce a la perfección sus finanzas, pues ella misma es la administradora de su fortuna.

Justin Timberlake

Justin tiene unos cuantos millones invertidos en Myspace, (sí todavía existe y sigue promocionando músicos). Además, lanzó su propio tequila, tiene 2 restaurantes, un campo de golf, una línea de ropa y si no fuera suficiente, recientemente invirtió en el desarrollo de un dispositivo que promete revolucionar la industria del audio digital.

Desde luego que estos músicos empresarios están en las ligas mayores, pero hay algo en común entre ellos y cualquier otro emprendedor que nada tiene que ver con las cuentas bancarias: es la visión, la innovación, el saber qué puede funcionar más allá de vender discos o boletos de conciertos. Fueron visionarios y lograron descifrar el acertijo de pensar fuera de la caja.

Spotify: Luis Oleg

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