1. Conoce a detalle la nueva casa a la que irás a vivir. Revisa cada área, con el objetivo de que tus artículos y muebles tengan un espacio donde ser colocados y continúen siendo funcionales en tu día a día.

2. Aprovecha el cambio de casa para revisar y depurar, accesorios, muebles, objetos e inclusive ropa o zapatos que ya no has usado o que simplemente ya no te gustan. Esto te quitará un peso de encima, tanto en lo material como en lo mental.

3. Limpia de manera exhaustiva y, de preferencia, fumiga la casa a la que llegas. La higiene y la seguridad son indispensables en tu nuevo hogar, lo que sin duda te traerá tranquilidad a ti y a tu familia.

4. Empaca de manera eficiente tus pertenencias. En una caja de cartón o de plástico, en bandejas o en bolsas, pon cada cosa en su lugar y recuerda poner las cosas frágiles o delicadas en periódico o sobre espuma, para que estén más seguros y lleguen con bien a su destino.

5. Contrata servicio de mudanza serio, profesional y puntual. Comúnmente muchas personas ofrecen su tiempo para realizar este trabajo, sin tener conocimiento, ni mucho menos, sin las precauciones debidas que requiere cargar y trasladar objetos de valor. Así que investiga, pide recomendaciones, cotiza y contrata al mejor.

6. Si tú personalmente haces la mudanza, recuerda hacerlo en varios días, en la medida de lo posible, ya que es un desgaste mental y físico, pues dedicarás tiempo y esfuerzo, por lo que dejarás de hacer tu agenda de trabajo. Trata de usar una faja y de cargar correctamente los objetos o muebles pesados.

7. Para la carga y el traslado de colchones, espejos y otros muebles frágiles, usa colchonetas y cobijas para evitar algún golpe o que se estrellen tus objetos de valor.