Tips esenciales para buscar soluciones ganar-ganar

En la junta mensual se está discutiendo un tema muy importante derivado de los pobres resultados que se han venido dando en la empresa. De pronto se presenta el director para decir que van a eliminar el presupuesto de varias iniciativas, lo que a todas luces compromete más la viabilidad de darle la vuelta a la situación.

A la pregunta: “¿están todos de acuerdo?”, se sigue un silencio incómodo. Todos los presentes sabemos que es la peor de las ideas, pero nadie quiere ser el que contradiga al director. Ya sabemos lo que pasó con el último que se atrevió a hacerlo.

Lo que convierte a estos diálogos en conversaciones críticas, es que los resultados podrían tener un enorme impacto en la calidad de vida de los involucrados. Para reconocerlas, debemos evaluar tres factores: las opiniones son opuestas, hay importantes factores en juego y las emociones son intensas.

Las relaciones sólidas, las carreras, las organizaciones y las comunidades comparten la misma fuente de poder, que es la habilidad para hablar abiertamente acerca de temas importantes, emocionales y polémicos. En realidad, no tenemos por qué escoger entre ser francos y eficaces, se pueden ambas cosas si sabemos cómo manejarlas.

Cómo prepararse para una conversación crucial

Empieza por el corazón. Responde a las siguientes preguntas de manera clara y sin divagar: ¿qué deseo realmente para mí, para el otro y para la relación? Cuando nos vemos atacados, nuestro corazón puede dar un giro igual de repentino e inconsciente.

Cuando nos enfrentamos a opiniones firmes bajo presión dejamos de lado el objetivo, por lo que habrá que mantener siempre en la mente: “¿cómo me comportaría si realmente deseara lograr el objetivo planteado?”

Aprende a observar. Cuando una conversación es segura, eres capaz de decir lo que sea porque sabes que estás en un ambiente donde el contenido aportado por las partes es importante para llegar a una solución. Por ello deberás estar atento cuando el proceso de comunicación se torne

inseguro, ya sea porque alguien se trata de imponer, o por el contrario, se calla lo que piensa para no echar más leña al fuego.

Si esto llega a suceder tendrás que:

  1. Pedir disculpas.
  2. Utilizar el contraste.
  3. Crear o reconfirmar el objetivo común.

El contraste es una afirmación de proposición “NO/SÍ” que busca desmentir las inquietudes de tu contraparte acerca de que no lo ves con respeto y/o tienes intenciones perjudiciales. Ejemplos:

Proposición del NO: “Lo último que quisiera es transmitirte la idea de que no valoro lo que has hecho para mantener la tranquilidad de la familia…”

Proposición del SÍ: “De hecho creo que lo que has demostrado prueba que eres una excelente esposa…”

Si usamos el contraste lograremos mantener un ambiente seguro que habilite nuevamente la apertura para aportar contenido a la conversación. El reto al que te enfrentarás es a no engancharte a los síntomas de inseguridad y estar ajeno a ellos para tomar las decisiones apropiadas.

Finalmente, después de utilizar el contraste, tendrás que abordar nuevamente el tema recordando el objetivo de lo que se quiere alcanzar, así como lo que no se quiere y confirmarlo con la otra parte. Con ello pavimentas el camino para lograr una comunicación abierta que dé como resultado una solución adecuada para ambos.

Ejemplo: “Tú quieres paz y tranquilidad, y yo quiero estar contigo lejos de los niños. Si encontramos algo que se parezca a esto los dos estaremos contentos, ¿no lo crees?”.

Si aplicas estos consejos de manera consistente en tus próximas conversaciones cruciales, ya sea en tu vida personal o profesional, te auguro mejores relaciones, paz mental y salud.

Si quieres saber más:

  • Kerry Patterson y Joseph Grenny. Influencer. Mc Graw Hill, 2008.
  • Ron McMillan y Al Switzler. Crucial Conversations. Empresa Activa, 2016.

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