La historia es algo que me apasiona demasiado; conocer las diferentes versiones de un hecho histórico me resulta profundamente enriquecedor e interesante. Saber cuáles fueron las causas, los acontecimientos, la vida y los detalles de algún suceso o personaje es algo que me emociona e intriga.
Así mismo el sonido es otra de mis pasiones, ya que comunica sin la necesidad de evidenciar algo de forma explícita. Puede ser delicado y sutil o estruendoso y potente. Tiene la capacidad de invadirnos y de transportarnos, de evocar otras épocas y lugares. Y, sobre todo, de trasmitirnos emociones de un tiempo y suceso determinado.
“Zona de interés”, del director Jonathan Glazer, reúne estos dos tópicos y los trasforma en uno de los trabajos más impresionantes, impecables, perturbadores y disruptivos que he tenido la oportunidad de ver en los ultimos años.
Y no es que sus increíbles actuaciones, diseño de producción y fotografía no sean remarcables, pero algo en ella destaca sobremanera: su diseño sonoro. Este elemento a cargo de Tarn Willers y Johnnie Burn, es lo que convierte a “Zona de interes” en un documento fílmico atípico que transgrede los cánones narrativos convencionales al abordar desde el sonido un tema tan visitado y documentado como el Holocausto.
La cinta narra la vida y cotidianidad de una familia alemana de los años cuarenta, pero no de cualquier familia, ya que se trata de los Höss, siendo Rudolf, el padre, encargado de la gestión y operación del campo de concentración de Auschwitz.
Abordar un tema como el expuesto ya es complejo, debido a la amplia filmografía, documentación, adaptación literaria y tratamiento del tema. Es por eso que la cinta destaca por su perspectiva única, sus planos y paisajes auditivos, así como su parca banda sonora, que en mi opinión son los cimientos de esta obra que, sin ser explícita, logra evocar y presentar las implicaciones morales, físicas, éticas y vivenciales de uno de los episodios más oscuros de la humanidad. Y todo esto, practicamente con el recurso sonoro.
Por esta razón, “Zona de interes” resulta tan impactante. Por su capacidad de mostrarnos la historia de quienes vivieron lo narrado dejando de lado el morbo de las imágenes, pero impactando profundamente en la conciencia y mente de la audiencia.
El sonido no puede evitarse ni evadirse, siempre esta ahí, más fuerte o débil, pero siempre está presente, incluso en su aparente ausencia.