El concepto de ciudad y cultura son dos caras de la misma moneda que, desafortunadamente, pocas veces se ven como parte de la misma ecuación en nuestro país y esto es parte de lo que hay que cambiar.

Las ciudades son construcciones culturales (conjunto de ideas, creencias, valores, normas que una sociedad adopta para dar sentido al mundo que la rodea) que están compuestas por muchas capas de valores y atributos, nuevos y viejos, tangibles e intangibles.

Por su parte, la cultura se puede describir como el conjunto de conocimientos, tradiciones, creencias, valores y prácticas compartidas por un grupo de personas que brinda identidad a una sociedad y se transmite de generación en generación.

La cultura puede incluir elementos como el arte, la música, la literatura, la religión, la gastronomía y las costumbres sociales, así como la forma en que las personas se relacionan entre sí y con su entorno, por lo mismo la cultura no es estática, está en constante evolución y se ve influenciada por diversos factores, como la historia, el entorno geográfico y las interacciones con otras culturas.

Hoy las ciudades albergan a más de la mitad de los habitantes del planeta y son el centro de las actividades sociales, económicas, culturales, políticas, físicas, biológicas y académicas que desempeñamos todos los días.

Al ser los espacios en los que vivimos y nos desarrollamos como sociedad creo que gran parte de nuestro enfoque y energía como sociedad debe estar en cómo diseñar las ciudades para ser lugares de paz, de convivencia, de progreso social y diversidad cultural.

Sin embargo, las ciudades están sometidas a innumerables presiones que afectan a sus habitantes, en particular, en nuestro país los principales problemas en materia de desarrollo social son la pobreza, la desigualdad, la violencia y los altos índices de criminalidad, fallas en el sistema educativo y de salud pública y la corrupción.

La UNESCO y el Banco Mundial concuerdan que para alcanzar el objetivo de hacer que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, la clave del éxito es integrar la cultura y la creatividad en los procesos de diseño de iniciativas y políticas públicas.

Estas perspectivas fortalecen el sentido de pertenencia de las comunidades, sus identidades y mejoran la habitabilidad de la ciudad y los medios de vida de las personas.

Algunos casos de ciudades que han empleado estrategias enfocadas en la cultura son:

  1. Medellín, Colombia. Desarrolló el concepto de “cultura ciudadana” para transformar dramáticamente la ciudad de su pasado violento en un ejemplo global de gestión urbana.
  2. Banda Aceh, Indonesia. La estrategia de reconstrucción después del tsunami de 2004 abordó con éxito las tres décadas de conflicto separatista que habían causado una profunda división social y política.
  3. Mostar, Bosnia y Herzegovina. Ciudadanos exigieron una reconstrucción total del puente local como símbolo del proceso de recuperación después de la guerra de 1993.

Por último, cito al subdirector de Cultura de la UNESCO, Ernesto Ottone, quien dice que el acceso y participación en la vida cultural es esencial para nuestro bienestar, para un desarrollo justo, inclusivo y realmente sostenible, las personas y sus culturas deben ocupar un lugar central en los planes de desarrollo de cualquier gobierno. ¿Sabes qué planes o iniciativas tiene el gobierno federal y municipal en materia de cultura? ¿Sabes cómo se gestiona la cultura en nuestra ciudad? Podemos aprovechar nuestro siguiente encuentro para profundizar en este tema, hasta la próxima.

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