Actualmente las obras de arte son señalas como absurdas, pero, ¿por qué?

Quisiera comenzar, no con una discusión sobre la definición global de lo que es el arte, ya que este se transforma y su forma (así como el agua) se adapta desde estados emocionales e ideas hasta contextos históricos, políticos y geográficos.

Frecuentemente, vemos que las obras que abundan dentro de los museos son constantemente calificadas como sin sentido, absurdas o feas. Tal es el caso de “Comediante” de Maurizio Cattelan, que consiste en un plátano fresco pegado a la pared con cinta metálica y cuyo último ejemplar se vendió en poco más de 6.2 millones de dólares. Esto tiene al gremio popular preguntándose: ¿qué diablos le ha pasado al arte?

“Comediante” de Maurizio Cattelan.

Pero hablemos de sus dos grandes pilares; el primero es el esfuerzo creativo. Si retrocedemos en el tiempo, notaremos que la evolución del arte dependía de la innovación en las técnicas empleadas, además de que era un reto para el artista representar lo que se proponía de una forma precisa.

Sin embargo, en la actualidad ya no hay interés en representar el nacimiento de dioses, eventos naturales o personajes populares, sino aquello que no tiene una representación exacta: ideas, emociones, reflexiones personales, entre otros temas.

Ahora ya no depende del artista ser preciso, sino del público. Somos los espectadores quienes estamos en el reto de encontrar la relación de la obra con lo que se quiere decir. Entonces, la siguiente pregunta es: ¿por qué el público tiene que juzgar mingitorios firmados (Duchamp, 1917), latas selladas con supuestas deposiciones (Manzoni, 1961) hasta plátanos pegados en la pared?

La fuente de Duchamp

“La fuente” de Duchamp

Esto se responde con el segundo gran pilar: los grupos encargados de definir qué es el arte. En el pasado quizás eran los mecenas y los acaudalados dentro de las esferas políticas y religiosas.

Actualmente no varía mucho, los críticos siguen siendo las personas influyentes (sean artistas o no), los dueños de las galerías y los museos. Volviendo al inicio, el arte es definido por todo lo que nos rodea, lo que nos aprisiona mientras transitamos en este mundo y hasta lo que acontece dentro de nuestras mentes. Cada una más compleja que la otra.

Por ello, no hay que obsesionarse en el porqué un pobre tiburón tigre nació y murió para terminar en una tina llena de formol (Hirst, 1991); hay que entender que no somos los primeros en poner el grito en el cielo y preguntarnos: ¿qué diablos le ha pasado al arte? Porque desde hace siglos que la pregunta ha resonado y quizás siga sin poderse contestarte nunca.

La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo

“La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo” de Damien Hirst