La cuaresma son 40 días que la Iglesia Católica marca como preparación para la Pascua, dando inicio con el Miércoles de Ceniza. Durante estos días se evita el consumo de carnes rojas (Miércoles de Ceniza, todos los viernes hasta llegar a Semana Santa y los tres Días Santos). En México durante esta temporada cambiamos nuestros hábitos alimenticios durante los días viernes, junto con los tres Días Santos que se vuelven muy peculiares en nuestra cultura.
Al caminar por los mercados encontramos variedad de ingredientes que durante otra época del año difícilmente se deja ver, los pasillos se llenan de aromas distintos, entre los camarones secos y la variedad de pipianes para las tortitas de camarón, el aroma de las pescaderías que nos brindan su amplia variedad de productos del mar, los negocios de semillas, que nos invaden con las habas y lentejas entre aromas a especias, en los puestos de verdura, la marchanta te ofrece su amplia variedad de vegetales frescos.
Los colores iluminan nuestra mirada, el aroma a cilantro, a perejil fresco y a los huauzontles, en la panadería de las esquina ya huele al tradicional pan de huevo, en donde también encontramos los trozos de bolillo duro para las capirotadas y el pan molido para el filete empanizado.
En nuestra ciudad en algunos hogares se siguen elaborando las tradicionales “Siete Cazuelas”, la sopa de habas, la sopa de lentejas, las tortitas de camarón con nopales y pipián, el filete de pescado, las torrejas, la capirotada, dulce de chilacayote y agua de obispo o agua de ensalada (elaborada a base de agua de betabel, con rodajas de plátano, naranja y lechuga, endulzada a gusto).
