Crowdfunding: semillero emprendedor
A finales de los 90s el grupo británico de rock Marillion empezaba a enfrentar problemas para continuar con sus giras y discos. Fue entonces que los mismos fans decidieron apoyar al grupo económicamente a cambio de beneficios, así nació el crowdfunding o fondeo colectivo.
El crowdfunding es una plataforma que poco a poco empieza a tomar fuerza en nuestro país. Muchos proyectos de negocios, al verse rechazados por los programas gubernamentales, optan por buscar inversionistas de capital privado, quienes a su vez buscan opciones alternas para poner a trabajar su dinero.
El fondeo colectivo tiene la bondad de conectar a grupos de universitarios, recién egresados y emprendedores de gran experiencia con inversionistas que en muchas ocasiones llegan a ser exitosos empresarios. Esta unión termina no nada más en asociar una idea con un capital, sino con la experiencia que el inversionista pueda aportarle.
Existen varios tipos de crowdfunding, pero los más comunes son:
Préstamo: sin hacer partícipe a las instituciones bancarias, el inversionista financia el proyecto para recibir un interés periódico y recuperar su capital en un plazo pactado.
Capital: el inversionista se vuelve accionista directo del proyecto, suelen ser relaciones de largo plazo, pues los beneficios más interesantes llegan cuando el proyecto llega a la etapa de madurez.
Esta nueva opción para los emprendedores, pues permite materializar esos sueños, pero también se ha convertido en una nueva forma, y bastante redituable para muchos inversionistas de generar intereses incluso superiores a lo que una institución tradicional pudiera ofrecer.
Es importante considerar que al asociarte con el proyecto, te vuelves directamente socio al riesgo del negocio, aunque recuerda que hablando de inversiones, el largo plazo recompensa cada minuto.