Jonathan Larson a través de la pantalla grande

Tick, Tick, Boom!, película dirigida por Lin-Manuel Miranda y protagonizada por Andrew Garfield, es una adaptación cinematográfica del mismo nombre, escrita y dirigida por Jonathan Larson, es su obra autobiográfica y, sin duda, una de mis favoritas.

La historia nos sumerge en la vida de Jonathan, un escritor de teatro que sueña con tener su primera gran obra, sin embargo, parece no tener suerte. Tiene talento, pasión y entrega, pero ninguna de sus obras había sido, en esos momentos, lo suficientemente buena como para llevarse a cabo.

Eso me recuerda a lo que muchos de nosotros vivimos en algún momento. Sabemos que tenemos el poder y las ganas de hacerlo, que somos buenos en aquello que tanto nos apasiona, pero, aparentemente para el mundo no es suficiente. O es que quizás, solo necesitamos dar un poco más de nosotros.

Tick, Tick, Boom!, película dirigida por Lin-Manuel Miranda y protagonizada por Andrew Garfield

Desde el inicio, la película se presenta como un musical, fiel a la obra original. Cada canción es una confesión de la frustración y el autodescubrimiento de Larson a lo largo de su vida y su trabajo; de su vida personal, amorosa, su círculo social y… si digo más, estaría contando la película en lugar de dejar la curiosidad para que puedas verla.

El final me parece demasiado triste. Quien pueda conocer la historia de Larson sabrá que murió muy joven, a los 35 años, sin llegar a ver su primera obra, Rent, en Broadway, donde se presentó durante 13 años, convirtiéndose en un fenómeno en cartelera.

Para mí, tanto Tick, Tick, Boom! como la vida de su autor, van más allá de ser un recordatorio de que “todos vamos a morir y debemos vivir la vida en el momento”. Es una historia de motivación, porque Jonathan nunca dejó de escribir, aunque le dijeran cien veces que no. Nunca dejó de hacer lo que amaba.

Todos tenemos un talento que, aunque no sea el mismo, tiene su propio valor.

Muchas veces olvidamos que, cuando algo nos apasiona y es rechazado, lo dejamos tirado por que tal vez no es lo suficientemente bueno, cuando en realidad, eso debería impulsarnos, porque es algo fuera de lo común. Considero que todos tenemos un talento que, aunque no sea el mismo, tiene su propio valor.

Me pregunto: ¿cómo sería la vida si todos fuéramos iguales? Todo sería demasiado cuadrado, monótono y aburrido. Ese puede ser el motivo por el que encuentro en esta película y en la vida de Larson una inspiración que me recuerda el porqué sigo haciendo lo que me gusta. Podrán pasar años desde que vi esta película, pero siempre me provoca esa mezcla de tristeza, nostalgia y desesperación.

Tick, Tick, Boom! no es una película de motivación personal, es una historia de autodescubrimiento. Cada espectador encuentra un mensaje distinto y eso es lo maravilloso del cine: contar historias en las que podamos, o no, vernos reflejados. Al final del día, el cine es una de las maneras más increíbles de poder transmitir emociones que nos ayudan a conectar con nosotros mismos o con los demás.

Crear es seguir respirando, incluso entre los acordes del miedo

Lee más contenido de nuestra colaboradora Leslie Aguilera