Una iniciativa al alcance de todos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha determinado un avance tardío para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en el año 2015. Y es que los efectos de la crisis climática, la guerra en Ucrania, las diferentes políticas y economías mundiales, así como, los efectos post pandemia del COVID-19, han retrasado y obstaculizado los avances previstos y el logro de los objetivos.
Es momento de poner atención y modificar conscientemente nuestros hábitos para tener un impacto positivo en la sociedad y el planeta. Una de estas acciones tiene que ver con el manejo de nuestros residuos, por lo que resulta imprescindible procurar la disminución, separación y manejo de los desechos que generamos en casa, en reuniones sociales y en las áreas de trabajo. Para ello se recomienda la práctica de las 3R’s: reducir, reciclar, reutilizar.
Bien dice la frase “La ciudad más limpia no es la que más barre, sino la que menos desechos genera”, misma que es un llamado a realizar esfuerzos individuales y colectivos para reducir la contaminación por residuos y promover una cultura de responsabilidad social y cuidado del medio ambiente.
Para ello, se sugiere utilizar al menos tres contenedores diferentes para la disposición de residuos:
- Orgánicos. Un bote pequeño que normalmente se encuentra en la cocina para separar los residuos de alimentos, aquellos con los que incluso, se puede realizar una composta en el futuro. (Sobrantes de comida, residuos de jardinería, cáscaras de fruta, semillas, lácteos).
- Inorgánicos reciclables. Aquellos residuos que se deben lavar y conservar hasta que pase el camión recolector, o bien, llevar a las empresas recuperadoras. (Papel y cartón, plásticos, vidrio, aluminio, metal, textiles).
- Inorgánicos no reciclables. Son basura directa y se deben sacar, al menos tres días a la semana para que se los lleve el Sistema Integral de Aseo Público. (Papel higiénico, pañales, toallas sanitarias, envolturas metálicas).
Existen otros dos tipos de desecho, por ejemplo, el unicel, cuyo residuo de poliestireno requiere de un proceso de gran inversión en infraestructura para su reciclaje, por lo que se considera como no biodegradable. Por otro lado, computadoras, celulares, cargadores, televisores, refrigeradores, lavadoras y muebles, que hay que llevar a instalaciones específicas para su reducción.
Como comunidad, es necesario impulsar acciones para mantener y conservar un entorno sano, depositar todos los desechos y desperdicios que se producen en contenedores apropiados y contribuir así, a la disminución de los impactos negativos para el medio ambiente.
Organización de las Naciones Unidas. (2023, 27 de abril). Progress towards the Sustainable Development Goals: towards a rescue plan for people and planet: report of the Secretary-General (special edition) (Documentos A/78/80–E/2023/64). Naciones Unidas.
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