Así recuperó Taylor Swift su catálogo musical

Hace alrededor de un año escribí sobre la disputa legal que tenía Taylor Swift respecto a la pérdida de los derechos de sus materiales discográficos, pero en ningún momento me imaginé que más temprano que tarde estaría contando que finalmente recuperó todos los derechos de su catálogo musical, incluyendo artes, videos e incluso películas de sus conciertos.

Recapitulando un poco, a los 15 años Swift firmó con Big Machine Records, cediendo los derechos de sus grabaciones a cambio de impulsar su carrera. Años más tarde, cuando su contrato expiró, la compañía fue vendida a Scooter Braun, un manager con quien Taylor lleva una relación tensa. Para ella, este movimiento significaba que no podría decidir cómo se utilizaba su material.

Cambiando las reglas del juego

Taylor, siendo la mastermind de la industria musical, ideó una estrategia: regrabar cada uno de sus seis primeros álbumes bajo el sello “Taylor’s Version”, creando nuevos masters. Según expertos en propiedad intelectual, esto no solo es legal, sino que aprovecha una brecha que permite al artista poseer derechos sobre nuevas versiones.

Para los fans, la idea fue clara: apoyar las nuevas versiones para debilitar la relevancia de los masters originales. El impacto fue inmediato. Proyectos publicitarios, películas y comerciales comenzaron a elegir las regrabaciones, devaluando la música “antigua” aún más.

Cambiando las reglas del juego

Pero mientras lanzaba sus Taylor’s Version, Swift realizó la gira más grande de su carrera y de la historia de la música: The Eras Tour. Entre 2023 y 2024, recorrió el mundo con un espectáculo que celebraba cada etapa de su discografía. Con más de 10 millones de asistentes y más de 2 mil millones de dólares recaudados, la gira impulsó aún más los nuevos masters quitándole mucho más valor a las grabaciones “originales”.

El pasado mes de mayo, Taylor nos sorprendió a millones de fans al anunciar en redes sociales, a través de una foto con los vinilos de sus seis primeros discos, que había adquirido los masters de estos álbumes. “Toda la música que he hecho, ahora me pertenece”, escribió, resumiendo toda una lucha en una frase.

Mientras Taylor recupera lo que es suyo, otros artistas siguen vendiendo sus catálogos a fondos de inversión, como lo ha hecho Shakira en 2021. Hoy en día, Taylor Swift es más que una de las más grandes estrellas pop, también es un símbolo de independencia para toda una generación de músicos que exigen lo más básico: ser dueños de sus propias creaciones, de su música.