Historias que trascienden la pantalla generando valor comercial
La industria del cine ha experimentado una transformación radical en la última década, con el auge de las plataformas de streaming. La era de los blockbusters que dependían exclusivamente de la taquilla ha quedado atrás.
Hoy, las películas y series más populares son productos multimedia con estrategias de monetización que van mucho más allá del boleto del cine o la suscripción al streaming. El secreto del éxito financiero radica en la integración inteligente entre contenido en redes sociales, marketing y experiencias para fans.
Del estreno a la omnipresencia cultural
Un caso emblemático es el de Barbie (2023), dirigida por Greta Gerwig que, aunque recaudó más de 1.400 millones de dólares en taquilla global, su impacto económico se extendió gracias a una impecable campaña de marketing digital, colaboraciones con más de 100 marcas (desde Stanley hasta Airbnb), y una estética visual pensada para ser replicada viralmente en redes sociales.
Lo mismo puede decirse de Spider-Man: No Way Home (2021), que no solo fue un fenómeno de taquilla con más de 1.900 millones de dólares, sino que explotó al máximo su presencia en Comic-Con, con eventos para fans y venta de figuras coleccionables.
La más reciente adaptación de Wicked, también es un caso de estudio, pues su éxito a nivel mundial comenzó con las giras de prensa, en donde Ariana Grande y Cynthia Erivo adoptaron el “method dressing”, apareciendo en eventos clave como el Met Gala 2024 con atuendos que reflejaban a sus personajes.
De igual forma la franquicia realizó alianzas con marcas como R.E.M. Beauty, H&M, Forever 21, Gap y Aldo para vender productos, e incluso Universal Pictures lanzó el sitio interactivo de “Shiz University”, donde los fans podían “inscribirse” y recibir paquetes personalizados con mercancía.
En el terreno del streaming, títulos como Stranger Things (Netflix) y The Last of Us (HBO Max) se convirtieron en fenómenos virales que detonaron ventas indirectas. Stranger Things ha impulsado desde ropa oficial en tiendas como Zara hasta colaboraciones con Nike y experiencias inmersivas en vivo, y The Last of Us revivió las ventas del videojuego original.
Por su parte, HBO Max con The White Lotus, introdujo en Tik Tok audios específicos para fomentar la creación de contenido sobre la serie, al igual que Squid Game de Netflix, que se benefició de la plataforma, con contenido que recreaba escenas y retos de la serie.
La experiencia es la nueva monetización
Los eventos presenciales también juegan un papel clave. Convenciones como Comic-Con de San Diego o La Mole en México se han convertido en plataformas de monetización directa, tanto por el acceso (boletos VIP, paneles exclusivos, autógrafos pagados), como por la venta de productos oficiales. Estos eventos funcionan como extensiones del contenido, donde los fans pagan por vivir una experiencia inmersiva con sus personajes favoritos.
Diversos análisis recientes muestran cómo se ha diversificado la monetización. El informe más reciente de Entertainment Research Institute, revela que por cada dólar recaudado en taquilla, las grandes franquicias generan entre 3 y 6 dólares adicionales en merchandising, licencias y experiencias, mientras que en el terreno del streaming un 35% del total de ingresos provienen de acuerdos de patrocinio y colaboraciones de marca, según Statista.
El ecosistema actual demuestra que las historias ya no terminan en la pantalla. Hoy, el contenido es solo el comienzo de un universo comercial que combina cultura pop, tecnología y comunidad para convertir a películas y series en verdaderas máquinas de ingresos.