Entre ruinas, rusos, momias. Guanajuato en el cine.

Por Diego Enriquez

Fuera de nosotros los guanajuatenses, es difícil situar a Guanajuato en el imaginario cultural más allá de las momias. Y esto sin duda debe estar profundamente relacionado al cine de nuestro máximo héroe cinematográfico, el Santo y su cruzada contra las momias de Guanajuato.

Hoy, tal película de 1970 se ha revalorizado y perpetuado como una pieza de cine de culto que va más allá de los propios seguidores del luchador. Quien conoce la ciudad y sus túneles (y no se pierde en ellos) comprende la manera en que ellos y el espacio físico de la ciudad fue reestructurado en un entramado fuera de toda lógica haciendo aparecer al MG del enmascarado por casi cualquier rincón de la ciudad. Y es la ciudad misma la que en sí misma funciona como sustento a la propia historia.

Sobre la ciudad del cerro es que se adapta en el cine otra gran parte sobre el imaginario de la ciudad, esta vez conociéndola como Cuévano dentro del universo narrativo del guanajuatense Jorge Ibargüengoitia en “Estas ruinas que ves”, protagonizada por Blanca Guerra y Fernando Luján en el ’79 (Luján mismo volvió a Guanajuato para ser homenajeado en la edición 2013 del GIFF), pintando a la ciudad como un lugar idílico que enmarca una relación de amor imposible, sin ser tan Shakesperiano, una especie de Verona en México.

Me resulta también increíble que la ciudad que tantas veces he recorrido con mis pies haya sido en otro tiempo pisada por grandes como Louis Malle rodando una película con Brigitte Bardot y Jeanne Moreau (Viva María, 1965) Me imagino la época como un bello tiempo para vivir en la capital del estado.

Más recientemente fue revisitada por el grande cineasta de la experimentación Peter Greenaway con su película de 2015 “Eisenstein en Guanajuato”, relatando el paso del cineasta soviético Sergei Einseistein cuando en 1932 pasó diez días en la ciudad detonando el origen de su épica “Que viva México” (considerado por biógrafos del propio cineasta su gran fracaso personal), en cuyo rodaje Greenaway logró con éxito lo impensable para cualquier turista en Guanajuato: pasar un coche frente a la escalinata del Juárez.

Y así, con el pasar de los años entre cervantinos como gran acaparador del reflector cultural internacional, cada julio Guanajuato se convierte nuevamente en ese espacio idílico para el cine a través del Guanajuato International Film Festival (giff.mx), que además de tocar y ampliar miradas con el cine, sigue dejando a la ciudad como espacio de génesis de nuevas narrativas (convirtiéndola en el escenario de seis cortometrajes de Rally Universitario, por ejemplo), que seguirán dejando a la ciudad como ese espacio romantizado, escenario de historias de amor, muerte y sueños universitarios.

Comparte: