El contenido visual reina en la era digital, y este año se ha anunciado el lanzamiento de Sora, la inteligencia artificial de la empresa OpenAI que promete revolucionar la forma de hacer videos.

Desde cortometrajes creativos, animaciones y hasta anuncios publicitarios profesionales, Sora genera piezas de alta calidad con un algoritmo avanzado que transforma texto en imágenes de video de hasta 60 segundos, ofreciendo una amplia gama de posibilidades.

Su lanzamiento no está exento de polémica, ya que plataformas como Youtube, han comenzado una campaña para regular y exigir que se etiqueten dichos videos en sus plataformas, reconociendo que fueron creados por inteligencia artificial. Protegiendo así los derechos de autor y evitar fake news, deep fakes y algunos otros videos que pueden suplantar la identidad de otra persona.

Sobre este tema, varios actores de Hollywood también han levantado la voz, a través de la reciente huelga de SAG-AFTRA en 2023, pues buscan que todos los actores e intérpretes puedan proteger la explotación de su identidad y talento en videos realizados sin consentimiento ni remuneración.

Por ejemplo, esto impactaría a las personas que doblan la voz de un personaje en diferentes idiomas, aquellos que son narradores de audiolibros o incluso a actores secundarios que aparecen en pocas escenas durante las filmaciones, entre muchas más profesiones.

La generación automatizada de contenido plantea interrogantes sobre quién posee los derechos de autor de los videos creados por medio de esta plataforma. ¿Son los creadores originales? ¿O la propia plataforma y sus algoritmos?

Se estima que la inteligencia artificial mueve actualmente 136 mil 550 millones de dólares, y para 2030, aportará a la economía mundial un crecimiento de 15,7 billones de dólares, según datos de Grand View Research. Por esta razón la regulación legal es un aspecto crucial que debe abordarse, ya que el 70% de los consumidores están preocupados por la privacidad de sus datos al utilizar servicios basados en IA.

En conclusión, Sora representa un avance significativo en el campo de la creación de videos mediante inteligencia artificial, aunque plantea importantes cuestiones éticas, legales y de protección de datos que deben abordarse de manera rigurosa.

El debate sobre la regulación de la IA en la creación de videos continuará evolucionando a medida que la tecnología avance y la sociedad busque encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección de los derechos de autor.

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