Recuerdo cuando estudiaba la preparatoria, en mi clase de filosofía nos enseñaron las escuelas griegas, entre ellas el hedonismo y el estoicismo, haciendo hincapié en lo opuesto que son ambas. La primera basada en el placer como objetivo principal del ser humano y la seguna en el autocontrol y el dolor.

Sin embargo, con el paso del tiempo tuve la oportunidad de empaparme más sobre la filosofía estoica y aplicar a mi vida diaria sus enseñanzas que, más que en el dolor, se centran en el cultivo del autocontrol y la sabiduría como medios para alcanzar la felicidad y la paz interior, pero principalmente aceptando las circunstancias que no podemos cambiar.

Uno de los conceptos clave del estoicismo es la disciplina, la cual es una cualidad esencial para el éxito en cualquier ámbito de la vida. Nos permite alcanzar nuestros objetivos, superar obstáculos y mejorarnos como personas. Hoy te comparto algunos principios esenciales:

Autoconciencia.

Para ser disciplinado, debes ser consciente de tus propias debilidades y defectos, identificando qué áreas necesitas mejorar y qué acciones tomar para evitar caer en tentaciones y malas costumbres.

Establece objetivos claros y alcanzables.

Es más fácil alcanzar tus metas cuando sabes que son reales, específicas y temporales. Las metas pequeñas te llevan más facil a resultados grandes.

Crea un plan de acción.

Los objetivos claros no son suficientes; necesitas conocer los pasos a seguir, las herramientas y los apoyos necesarios para alcanzarlos fácilmente.

Fíjate plazos.

Es importante establecer fechas especificas para alcanzar tus objetivos. Esto te ayudará a mantenerte motivado y a evitar la procrastinación.

Evita la perfección.

No te preocupes por la perfección. Simplemente haz tu mejor esfuerzo y céntrate en el progreso. La perfección llegará despues de la práctica y la constancia.

Recompensa tus logros.

Cuando alcances un objetivo, recompénsate por tu esfuerzo. Esto te ayudará a mantenerte motivado y a seguir avanzando.

Los estoicos creían que la repetición constante de actos virtuosos y el control de las emociones negativas eran esenciales para el desarrollo de la disciplina. Cuanto más practiquemos, más fuerte se volverá nuestra capacidad para resistir las tentaciones y actuar con sabiduría. El estoicismo no se trata de la falta de emoción, sino de controlar las emociones y no dejarse llevar por pasiones descontroladas.

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