El uso clínico de la música ha dejado de ser un tabú, para convertirse en una ciencia. Resulta que, a través del ritmo, el sonido, la melodía y ciertas armonías, podemos mejorar la memoria, la creatividad, regular nuestro sistema cardiorrespiratorio, fortalecer la inmunidad e incluso disminuir el dolor.
La música es un arte social, que permite comunicarnos y expresar nuestras vivencias. Como técnica terapéutica nació en el siglo XX, y permite que a través de instrumentos corpóreo – sonoro – musicales, movimiento y vivencias del sonido, el organismo sea capaz de regular ciertas funciones y secretar determinados neurotransmisores en nuestro cerebro.
Ya sea de forma activa, pasiva, interpretativa o de elaboración creativa, los beneficios sobre nuestro cuerpo son múltiples: mejora las habilidades motrices, sensoriales, cognitivas e incluso socio emocionales.
La musicoterapia es un aliado importantísimo en los niños, tanto en el tratamiento de trastornos del lenguaje, como en el déficit de atención, autismo, manejo de dolor, síndrome de Down, e incluso para mejorar la autoestima.
Se ha considerado la música como un tratamiento excepcional en las crisis de Alzheimer, dado que permite recuperar determinados fragmentos de la memoria, y en el manejo del Parkinson.
Se ha descubierto que, a través de la música, es factible regular la respiración y con ello los latidos de nuestro corazón, lo que permite relajación, disminuir los periodos de estrés, mejorar nuestro sistema circulatorio y a la vez disminuir la sensación de dolor y ansiedad previo y posterior a un evento quirúrgico, logrando una recuperación más rápida y menos dolorosa.
De igual manera, la musicoterapia es utilizada en tratamientos contra adicciones, depresión y ansiedad, ya que permite la secreción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, generando un efecto similar de estimulación como lo haría el ejercicio, o de relajación como la lograda a través de una sesión de meditación.
Durante el embarazo, la música proporciona estímulos que aumentan el desarrollo cognitivo y emocional del feto, creando un vínculo de cuidado, tranquilidad y seguridad desde el vientre, entre la madre y el hijo.
Para aquellos que no padecen de ninguna enfermedad, la música es un aliado para lograr un descanso ante el estrés diario, mejora la concentración y estimula la creatividad, disminuye la ansiedad y mejora la autoestima.
Ahora que lo sabes, ¡vibra al ritmo de la playlist de tu vida! Para estar siempre a “tono” con tu salud.