La gente, por alguna extraña razón, odia el tránsito de la ciudad. Lo que no entienden es la cantidad de conocimiento musical que puedes llegar a tener en estos minutos otorgados por el universo, y es que no todos entendemos estas benditas pausas musicales. 

Es por esto que, en esta breve lectura, ustedes, queridos lectores, aprenderán a disfrutar de un día caluroso en el asiento insufrible de su coche.

2:00 p.m. y tú, godínez treintañero, cuya única responsabilidad fuera del trabajo es pasar por tus hijos puntualmente, te encuentras agitado por maldecir durante tres minutos consecutivos, insultando al mismo semáforo de todos los días porque, claro, volverás a llegar tarde por tus hijos. 

Ya no insultes, mejor canta. ¿Llegarás temprano? Claro que no, pero al cantar estarás más relajado y disfrutarás el momento. ¿Y qué es lo que hace el gozo? Hacer pasar el tiempo más rápido. 

¿Te gustan las baladas?  “Running away”  de Ambrosia. ¿Baladas viejitas en español?   “¿Cuánto gané y cuánto perdí?” de Pablo Milanés 

Para ti, amiga y amigo metalero, que el único espacio del día que tienes para escuchar tu música del demonio es en los trayectos de tu casa al trabajo, recomiendo, te pongas a escuchar más metal. Los pensamientos impuros sobre chocar a todos los coches, no van a cesar, al contrario, van a ser más gráficos, así que disfruta ver el mundo arder sin realmente arderlo, con Slipping Into Madnes” de Exodus o con algo nacional: La que baja de las estrellas” de Cemican.

Hay mucha música que puedes estar perdiendo en el trayecto de tus rutas diarias por el simple hecho de sentir la vigorosa pero muy inútil necesidad de vociferar a todos los coches que están delante de ti. Deja de pensar que los demás conspiran en tu contra justo el día que más necesidad tienes de llegar temprano. Mejor disfruta del silencio, como Depeche Mode lo hace; Enjoy The Silence.

Aunque, si realmente vas a atentar verbalmente en contra de la progenitora de todos los dueños de los coches que tienes enfrente de ti, hazlo cantando con Molotov y su peculiar estilo.

Darle un giro a las cosas rutinarias ayuda a la mente, ¿no? Bueno, así lo veo yo. 

Comparte: