Nacho González, originario de Guadalajara, llegó a nuestra ciudad por su gran pasión: el futbol. Fue en el Club León que triunfó como futbolista y se ganó el cariño de los leoneses. Fuimos testigos de la fiereza con la que siempre jugó en la cancha, no por nada siempre será recordado por la afición como “Corazón de León”. Tuvimos la oportunidad de platicar con él y compartió sus dos facetas, como futbolista y como empresario a través de Estudio35.

LLEGASTE A LEÓN A LOS VEINTIOCHO AÑOS AL EQUIPO DE LEÓN, COMPÁRTENOS, ¿CÓMO FUE EL ACERCAMIENTO DEL EQUIPO?

Fue difícil porque yo venía de ascender con Querétaro, entonces, fue un poco complicado asimilar que ya habíamos ascendido y luego regresar a primera “A”. La expectativa era demasiado alta para el ascenso, entonces la presión era demasiada cuando no nos iba bien, se ponía muy complicado en cuanto a la gente.

Luego vino la época dorada, que creo que difícilmente se va repetir. La constancia, la lucha, el objetivo, un gran entrenador, la directiva, los jugadores y una gran afición; yo creo que se todo se sincronizó para que se llevara a cabo el bicampeonato, la Libertadores y más, fueron de las épocas más bellas.

¿CÓMO ES ESE INSTANTE EN EL QUE ASCIENDEN A PRIMERA DIVISIÓN?

Fue uno de los mejores momentos que viví en mi carrera, yo creo que nos quitamos un gran peso de encima, pero también ha sido uno de los partidos donde he sentido más presión y nervios.

Algo que recuerdo fue la charla de Matosas. Él, con su personalidad fuerte nos preguntó: “¿cuánto quieren ganar?”. Nos dejó a solas unos momentos y Chapo bromeando dice: “5-0”; otros comenzaron a decir otros números, pero al final se quedó la opción de Chapo. Matosas regresó y nos dijo: “no quiero ganar ni con tres, ni con cuatro… quiero mis cinco”. Así que salimos muy motivados, es una anécdota que me encanta platicar, porque nos desenfócó del perder, del miedo.

CUANDO YA ESTÁN EN PRIMERA DIVISIÓN, ¿CÓMO FUE ESE PROCESO?, ¿CÓMO FUERON TODOS ESOS AÑOS EN LOS QUE DURASTE EN PRIMERA DIVISIÓN?

Fue un proceso muy fregón porque todos nosotros veníamos con “hambre“, ¿sabes? Por ejemplo, el Chapo y el Gullit de Pachuca que no habían jugado y no los quisieron allá; el Gallo venía de Celaya y tenía Primera A; yo tenía 28 años queriendo jugar en Primera División, y así sucesivamente. Se juntó esa hambre y el proceso fue como un compromiso de todos.

¿CUÁL FUE EL MOMENTO MÁS ESPECIAL DURANTE TU TRAYECTORIA EN EL FUTBOL?

Fue cuando metí el gol al América, la final contra este club fue lo mejor que me ha pasado durante mi trayectoria. Y es que desde los trece o catorce años quería ser futbolista profesional, y lograrlo en el Estadio Azteca enfrente de mi familia y la afición fue un momento espectacular, un evento imborrable.

¿CÓMO FUE EL MOMENTO EN EL QUE TE RETIRAS DEL FUTBOL?, ¿QUÉ FUE LO QUE TE MOTIVO A REALIZAR ESTO?

Muy difícil, porque fue una prueba de vida. Me lesioné la rodilla izquierda cuando sentía que era mi mejor momento, cuando me había comprometido conmigo mismo con objetivos como ir a la selección o ir al mundial, aunque tuviera treinta y dos años.

Un torneo antes jugaba los partidos completos, por lo que me propuse cuidar mi alimentación, entrenar con un coach funcional, dormir las horas adecuadas, sin embargo, me lastimo, vuelvo a entrenamiento y así juego contra Necaxa. Lamentablemente tuve un esguince y aunque me rehabilité por unas semanas, juego contra Pachuca donde una de mis rodillas se va hacia adentro y se rompe el menisco y el cartílago.

Me dolía tanto la rodilla, que me llegó esa nostalgia de saber que estás roto. Fue necesaria una cirugía y rehabilitación de ocho meses. El menisco no pegó y me programaron para otra cirugía, eso psicológicamente me mató. Es muy fácil platicar que fueron ocho meses, pero verlo día con día me provocó una ansiedad terrible porque la situación no acababa, porque fue necesaria otra cirugía y más rehabilitación.

Regreso a jugar y me rompí la pierna que estaba bien, fue necesaria otra operación y rehabilitación, y es cuando ya dije “se acabó el futbol”. Durante el último juego de futbol que tuve, la verdad es que jugué como pez en el agua, y me dio muchísimo gusto porque antes de ese juego, cuando yo iba a la cancha en partidos anteriores me sentía muy mal y ansioso. Fue una decisión difícil, pero fue la correcta.

“La afición de León es una de las más calurosas y pasionales que hay en México”

¿EXTRAÑAS JUGAR EN LA CANCHA?

Para nada, es un dato muy curioso. Alguna vez le pregunté a un psicólogo que por qué no lo extrañaba, porque tengo ex compañeros que se retiraron y aún siguen extrañando practicar futbol. Sin embargo, yo llevó dos años y para mí si tuve mi periodo de adaptación a mi nueva vida, pero no lo extraño nada

EN CUANTO A TUS HIJOS, ¿LES GUSTARÍA SER PROFESIONALES EN EL FUTBOL?

Fíjate que mi hijo más grande encontró una pasión increíble por el futbol, parte de eso también gracias a sus amigos, por lo que se le fue metiendo esta pasión. Hoy en día juega, tiene siete años y es defensa central, pero también le gusta la portería, incluso creo que es mejor portero y tiene mucha noción. Hoy ves a los niños de su edad y tienen una estructura definida de equipo, mientras que antes o en mis tiempos, todos parecían hormigas.

NACHO, ¿PODRÍAS COMPARTIR SOBRE TU OTRA FACETA? SABEMOS QUE TIENES TU PROPIO DESPACHO DE ARQUITECTURA, HÁBLANOS UN POCO SOBRE ESTE PROYECTO.

Tener un plan B o alguna salida fue algo que me ayudó mucho en mi carrera. Y fui consciente de ello porque justo cuando comencé a estudiar diseño arquitectónico en la UNAM, ya estaba en el Atlas y veía que no me estaba yendo bien.

La carrera me ayudó en los momentos complicados en el futbol, además comencé a trabajar con mi papá. Él es ingeniero civil, entonces empecé a colaborar con él, sin embargo, cuando me fue mejor en el futbol dejé de lado el tema de la arquitectura, aunque seguía comprando libros sobre el tema.

Cuando llego aquí a León, decido hacer un proyecto para una casa. Luego un amigo me pidió que le ayudara a diseñar su casa y así salieron varios proyectos. En ese entonces era como un pasatiempo para mí, pues después de los entrenamientos o durante los viajes a concentraciones me llevaba mi laptop y hacía los planos, los renders, y se los enviaba a mi socio, así fuimos creciendo poco a poco hasta contratar a más personas.

Al día de hoy, en Estudio 35 tenemos alrededor de 15 casas por año, siempre tratamos de seguir expandiéndonos y mejorando. Hoy ya somos alrededor de 15 arquitectos en el despacho y tenemos decoradores de interiores, paisajismo, residentes de obra, administradores, entre otros colaboradores que hacen posible este sueño

¿QUÉ ES LO QUE SIGUE NACHO?

La verdad es que le tengo mucha pasión al tema de la arquitectura, me atrapó bastante, de hecho me siento como cuando quería ser futbolista. Ahora quiero crecer, llevar a cabo desarrollos verticales, mejorar mis residencias, quiero ser de los mejores despachos de León para empezar a competir a nivel nacional.

También quiero disfrutar mucho a mis hijos y vivir la etapa en la que estoy

“Si no lo visualizas, jamás podrás llegar”

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