¿Recuerdas tus sueños de la niñez? Tal vez soñaste con ser astronauta, policía o chef, quizás ser un gran artista, pintar y exponer tus obras en galerías internacionales, bailar en una compañía prestigiosa de danza, escribir un libro o ser un gran deportista.

A los doce años, Eufrosina Cruz soñaba con no casarse y seguir estudiando. En su comunidad, Santa María Quiegolani, ubicada en la sierra de Oaxaca, los usos y costumbres determinaban el destino de las niñas: al terminar la educación primaria se casaría con un hombre mucho mayor que ella.

Eufrosina no quería eso, ella quería seguir estudiando; su maestro Joaquín a través de recortes de revistas, golosinas y su olor a crema perfumada, le enseñó que fuera de su comunidad existe un mundo en donde las niñas no se casan a los doce años y pueden seguir estudiando, ella quería eso y oler bonito, como su maestro.

Su padre se negó. Después de mucho llanto y una huelga de hambre le dijo: “Pero te olvidas de nosotros. Tú sabrás si comes o no comes. Yo voy a ir a dejarte. Pero no hay ni un peso”.

A través de las páginas, Eufrosina nos cuenta cómo le arrebató a la vida aquello que le era negado por ser mujer e indígena. Narra con su lenguaje sencillo y honesto cómo ganó la elección para ser presidenta municipal de su pueblo y cómo se le negó ejercer el puesto.

Sin embargo, no se dio por vencida. Su sueño ahora incluía a todas las niñas y mujeres indígenas, quería verlas jugar en las canchas, estudiar, votar y ocupar puestos públicos. Su sueño la llevó al Congreso de la Unión como diputada federal, en donde logró modificar la constitución para que los usos y costumbres locales no impidan que las niñas y mujeres indígenas cumplan sus sueños.

Eufrosina es una fiel creyente de que la educación puede cambiar la realidad de las personas. Su libro hace referencia a ello en múltiples ocasiones. A manera de autobiografía, nos invitar a recordar su lucha, a compartir con ella los momentos difíciles y los triunfos.

Recomiendo este libro porque hace visible una realidad por muchos desconocida y crea consciencia sobre un México que se siente ajeno pero que no por eso no existe.

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