Desde el comienzo de la historia, el ser humano ha intentado dirimir sus conflictos y problemas discutiendo y llegando a acuerdos y soluciones. Hoy los procesos de juicio oral en derecho penal son audiencias de debate, un hecho mediante la presentación de diversas pruebas e involucrando a las partes que pueden exponer razones a favor y en contra para que un juez emita sentencia.
Además de sus competencias para hacer valer los derechos de sus representados, los abogados deben diseñar su imagen personal como parte de las habilidades blandas de su profesión, y que se manifiesta en los juicios orales, pues complementa sus conocimientos.
Al ser un proceso penal, el juicio oral requiere de una imagen seria y profesional, pues de ella depende que la credibilidad tuya y de tu cliente quede asentada. En este ámbito, es importante desarrollar algunas características:
- La oralidad, pues las partes exponen sus alegatos de forma verbal, así como las pruebas e informes, por lo que es importante desarrollar un lenguaje fluido y amplio.
- La inmediación, puesto que se está en presencia de un juez, y este también atribuye significados a lo que ve.
- Publicidad. Todas las actividades que suceden en el juicio oral son de carácter público, en lo que se refiere a las partes y a terceros, por lo que la imagen personal pasa a ser una imagen pública.
Garantizar un ambiente de respeto y justicia es parte de las actividades que se generan en estos ambientes, en los que la imagen personal de los involucrados se pone de manifiesto mientras se perciben sus conductas y comportamientos al discutir, debatir y emitir justicia.
Al interrogar, presentar, abogar y defender, la imagen personal se forma de tu comunicación no verbal, gestual, vestuario, así como de tus palabras y tu discurso. La forma en que hables en los juicios orales, te comportes, te vistas y te muevas, representará la imagen que tengas los demás de ti.