Desde que inició el confinamiento por la reciente pandemia, las economías globales han pasado por varios obstáculos, siendo la estanflación la más reciente preocupación.
El término estanflación es una mezcla de los conceptos inflación y estancamiento económico. Pero para entender la diferencia entre estanflación e inflación, primero debemos aclarar el segundo de ellos:
- La inflación es el crecimiento de precios de los bienes o servicios en una economía, o bien se puede definir como la pérdida de valor adquisitivo. Si hoy un producto tuviera un costo de $100 y en durante el año la inflación fuera de 7%, entonces en un año el mismo producto te costaría $107.
- La estanflación es una etapa donde una economía vive inflación alta, estancamiento económico, pero además puede venir acompañado de una tasa importante de desempleo.
- Es común relacionar una inflación con tendencia alcista cuando la tasa de desempleo baja, pues al elevar el costo de mano de obra, en automático el producto tendría que tener un precio un poco mayor. Pero son conceptos que en la práctica no siempre van de la mano.
- Lo peligroso de una economía estancada junto con una tasa elevada de desempleo es la dificultad para combatirla. Al tener menos dinero en los bolsillos de la gente, es complicado esperar que la economía retome el ritmo en sus ciclos.
- Cuando tenemos niveles altos de desempleo y además sumamos una inflación elevada, se vuelve todavía más complicado esperar que la economía se recupere, y entonces se necesita voltear a ver las estrategias por parte del gobierno para revertir este efecto.
- Debemos considerar que en la situación actual que vivimos, la inflación ha tomado un papel importante por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, costos elevados en productos agrícolas por la inseguridad, y elevados precios de la energía.
Si bien es cierto que es necesaria la intervención del participante gobierno, debemos tener presente que los precios se siguen viendo afectados por la oferta y demanda. Es prudente empezar a usar esta herramienta a nuestro favor y empezar a sustituir, aunque sea temporalmente, los bienes y servicios posibles mientras los precios se vean afectados.