Los procesos de diseño se han visto afectados por contextos políticos, la globalización de los flujos económicos y la saturación del mundo digital; los conceptos del espacio, la localización, el tiempo y la energía se han convertido en un medio para operar en un mundo de consumo, perdiendo muchos de sus principios de facto, su valor utilitario y su relación con la memoria colectiva.

¿Cómo debemos entender el mundo como espacio y circunstancia en el que incidimos? Un hacer de tal carácter reflexivo: planear las cosas conforme al criterio de su uso, y no desde la expectativa de un valor de cambio, crear una resonancia de responsabilidad social, una voz crítica para ordenar el pensamiento en el mundo.

Entendemos que la creación de los objetos es al final el diseño del mundo, una responsabilidad del hombre con el espacio habitable, los objetos y el entorno. El diseñador resuelve en función de una necesidad, y como sociedad de consumo, el hombre pasa a ser un instrumento emocional. Los nuevos dioses de la sociedad serán las marcas.

Lo mismo pasa en la arquitectura. La globalización, de manera inevitable, ha llevado a la arquitectura a un acelerado proceso de internacionalización y homogeneización y la ha conducido a un renovado interés por la estética arquitectónica impulsado por el capital económico de las grandes empresas y de los países en constante desarrollo.

Esta nueva generación de obras emblemáticas traspasa las fronteras convencionales de la arquitectura, transformándose en esculturas habitadas o paisajes construidos, y a la vez se multiplican viralmente para extenderse sin freno por el planeta. Son iconos de una arquitectura expandida cuya expansión global plantea incógnitas estéticas y éticas.

Rem Koolhas describe este fenómeno como “La Ciudad Genérica”, esa ciudad liberada del cautiverio del centro, de la camisa de fuerza de la identidad. La Ciudad Genérica rompe con este destructivo ciclo de dependencia: no es sino un reflejo de la actual necesidad y la actual habilidad. Es la ciudad sin historia. Es suficientemente grande como para todos. Es fácil. No necesita mantenimiento. Si se torna vieja simplemente se autodestruye y se renueva. Es interesante o no interesante en todas partes por igual. Es “superficial” como un estudio de Hollywood, puede reproducir una nueva identidad cada lunes por la mañana.

El humano ha hecho del mundo un artefacto, ¿podemos darnos el lujo de conocer el mundo en lugar de proyectarlo?

Fernando Pérez Oyarzun hace una reflexión donde entiende que los objetos deben tener la condición de espejo y manto”. Espejo es cuando en un objeto le ponemos atención y eventualmente si está bien hecho puede llegar a reflejar una época, una sociedad, un estado cultural, un autor y la condición de manto es cuando un objeto no debería llamar la atención, el objeto debe desaparecer en su funcionalidad.

Aicher precisa que diseñar significa establecer entre pensar y él hacer una mutua referencia. La estética sin ética se aproxima a un fraude. El criterio del uso incluye también los efectos sociales y ecológicos.

El hombre sustentable debe tener el dominio de la técnica, tratar con ella, actuar, entender que el diseño se aproxima a una razón activa, utilizarla con una facultad de juicio como decía Kant: “no se pretende averiguar las causas de las cosas sino de su finalidad”.

En el mundo globalizado, en ese gran territorio y en ese gran volumen de voluntad debe existir un reducto de conciencia, desde su propia actividad lo potencian quienes proyectan y resuelven los problemas, desde la cotidianeidad hasta quienes puedan incidir en las políticas del desarrollo sustentable.

Desde esta perspectiva, se mantiene un aliento que hace posible pensar este mundo como un proyecto-sustentable. Tenemos el fuerte compromiso de tener al mundo, sumarse para coadyuvar con el diseño, generar el máximo efecto con los mínimos medios, entender la técnica, el uso de la razón para crear respuestas concretas generar esta visión que parte y termina en el mismo punto, como pregunta y como respuesta, como método y solución.

Fuentes

Ibelings, H. (1998) Supermodernismo Arquitectura en la Era de la Globalización. Gsutavo Gilli. Barcelona p.10Fernandez, L. (2015) Expanded Icons. Arquitectura Viva 170.

Koolhas, R. (2008) Generic City. Gsutavo Gilli. Barcelona.

Aravena. A (2 oct. 2015) Entrevista La belleza de pensar: https://www.youtube.com/watch?v=6ZfOR9HTLp8.

Aicher O. (1994) El Mundo como Proyecto. Gsutavo Gilli. Barcelona.

Por Augusto Valentino Hernández Cervantes | Tecnológico de Monterrey Campus León

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