El mundo cambió, es un hecho, la Tierra se detuvo y de pronto el ajetreo cotidiano se rompió. Casi dos años de pandemia lograron que, en esa calma impuesta, llegara un rompimiento de paradigmas que nos unían como sociedad de consumo.
Hoy en día las marcas reconocen que el consumidor debe ser el eje central de sus estrategias externas de mercadotecnia. Conocer quién es esa persona que elije mi marca por sobre las demás y lo hace de manera consciente, vuelve a la empresa empática con la sociedad, generando cercanía y forjando lealtad. Al final, es lo que más debe importar para cada producto o servicio en el mercado, así como tener a esos clientes cautivos y proactivos. El prosumidor nació, pero ¿quién es ese prosumidor?
Como su nombre lo dice, el “prosumidor” es un consumidor proactivo que participa de manera constante en el proceso de diseño de productos o servicios, lo cual lo hace involucrarse en ambos lados de la situación, tanto como productor y consumidor (prosumer: producer y consumer. Alvin Toffler, 1980).
Este prosumidor cuenta con ciertas características que lo identifican:
- Alto nivel de conocimiento, personas que cazan la información que les atrae desde diferentes medios.
- Ojo crítico, el oro puro para las marcas y los empresarios, ya que suelen compartir sus opiniones respecto a un producto o servicio, de manera sustancial y valiosa.
- Generadores de contenidos, dado su alto nivel de involucramiento con los productos o servicios, suelen tener una relación recíproca con las marcas y eso logra que compartan ideas de valor en diferentes medios.
Hoy no damos por sentado el valor que tiene el cliente para las marcas, al contrario, encabeza la lista de prioridades a considerar para el desarrollo de planes estratégicos de la empresa.
El prosumidor como aliado
Las empresas pueden apoyarse en este activo para para diseñar la experiencia de marca, que hoy es lo más buscado y valorado por el mercado. Se trata de hacer equipo y acercarse a la fuente directa, ¿quién mejor que tu cliente para aportar ideas?
El hecho de tener una experiencia personalizada hace que el mercado valore mucho más al producto o servicio. Esto se logra con la premisa clave de entender que en la personalización esta la empatía, lo cual es la fórmula clave para construir la lealtad. Cuando el cliente se siente, se sabe escuchado y considerado, crea un vínculo irrompible entre este y la marca. No buscamos clientes pasajeros, sino aliados de por vida.
La digitalización para el consumidor
Otro cambio que trajo la pandemia fue el aceleramiento de lo inevitable, el hacer al consumidor un usuario digital. Si bien la digitalización ya nos estaba pisando los talones, el encierro hizo que nuestro estilo de vida migrara a una pantalla o a dos o tres dispositivos. Las decisiones que antes tomábamos en días se resolvían en minutos, la lejanía física se convirtió en cercanía a un solo clic.
Este prosumidor se adapta fácilmente a los medios digitales, es más, nace de los medios digitales, dado que son estos en donde puede expresarse, conectarse e interactuar tanto con la marca como con la empresa y viceversa.
Es en la digitalización en donde el prosumidor se nutre de información y crece junto con las marcas, cuando se hacen las alianzas. El puente que une a la marca con el consumidor, esa promesa que está en el aire y se debe de cumplir, nunca estuvo tan cercana y posible de forjar como lo está hoy. Bienvenido al nuevo consumidor y que se corone como el aliado que siempre debió ser.
Por Karen Zárate | Directora de la Licenciatura en Mercadotecnia y Comunicación del Tec de Monterrey Campus León
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