Vivimos la arquitectura del espectáculo, teatros y estadios, museos mezclados con gastronomía de artista, y en ellos las pasarelas de moda teatralizadas en escena, el retorno del teatro y la gran oferta de películas y música en cualquier instante de la vida.

Restaurantes-galerías-museos que se fusionan con eventos selectos en arquitecturas únicas. Elevación de los aparadores comerciales en galerías de arte, el objeto singular de uso cotidiano se construye en branding, donde la carga histórica de una marca y el ritual en torno a la producción, calidad y marca de cada producto, se allega a una vida de espectáculos que no te puedes perder.

En la nueva estética del espectáculo se unifican en torno a él, el estilo, el goce, el placer, el deseo, la seducción de un mundo altamente visual que pide ambientes de diversión eternos, ante la situación límite que provocó la pandemia.

Como posibilidad de construcción de proyectos financieros y negocios, siempre pueden ser acompañados de grandes eventos y espectáculos, el “plus” se centra en una estética de ser partícipe de los grandes eventos que mueven la economía.

La sociedad del espectáculo está ligada a las inteligencias emocionales altamente creativas, que solo se pueden dar en espacios arquitectónicos diseñados con tecnologías sonoras, acústicas, iluminación escénica e inmersión total del espectador, como el Teatro Metropolitan, el Foro Sol, el Orfeón, el Telcel, Mundo Imperial y el Telmex, entre otros.

La sociedad del espectáculo, es una sociedad de la inteligencia ligada a las inteligencias emocionales altamente creativas, que solo se pueden dar en espacios arquitectónicos altamente diseñados con tecnologías sonoras, acústicas, iluminación escénica e inmersión total del espectador, como el Teatro Metropolitan, el Foro Sol, el Orfeón, el Telcel, Mundo Imperial y el Telmex, entre otros.

Así, vivimos inmersos en una gran competencia y muchas ofertas de espectáculos que cada vez más van rebasando todos los límites establecidos en la búsqueda de sensaciones únicas, lograr impactar y anclar al espectador, en una arquitectura de formas escultóricas geométricas complejas que retan a la gravedad, constituyendo atmósferas de alto impacto sensorial, acompañada del turista cultural que liga la experiencia estética como sibarita exquisito del buen hospedaje, el  buen comer y el consumo de productos únicos de autor en grandes experiencias alrededor de los grandes espectáculos.

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