Sí, en esta ocasión les contaré un poco sobre las leyes de la música, y no me refiero a composición musical, sino a cómo ha cambiado la industria de la música.
Todo era risas y diversión cuando solamente la radio y la televisión eran los principales medios para conocer nuevas bandas y artistas, las disqueras hicieron mucho dinero con los formatos físicos, hasta principios de los 2000.
Esto cambió, primero, con la aparición del formato MP3. Metallica y Prince fueron algunos de los principales detractores, y se echaron a andar importantes batallas legales entre los artistas y plataformas como Napster para tratar de frenar lo inminente: la digitalización de la música.
Los grandes artistas consagrados estaban reacios a aceptar el cambio, pero detrás del escenario había una legión de nuevas bandas y artistas que estaban listos para mostrarle al mundo lo que sabían hacer. No se podría entender el éxito de agrupaciones como Arctic Monkeys, Lilly Allen y My Chemical Romance sin el apoyo de plataformas como MySpace, la plataforma que detonó el movimiento Indie.
Hoy en día las plataformas digitales como Spotify, Apple Music o TIDAL, son prácticamente quienes mueven la industria de la música, ya no es necesaria una disquera para poder lanzar un disco, como en el pasado. Los procesos de producción son más económicos, las bandas tienen la posibilidad de grabar en casa y ser sus propias promotoras, desgraciadamente en el escenario actual, las grandes perdedoras son las disqueras.
¿Quién gana y quién pierde con todo esto?
El artista que compone y que es dueño de sus procesos creativos, así como aquellos que venden fechas, son los grandes ganadores de esta nueva era de la industria. Pero aquellos artistas que son producto de una disquera son los perdedores en esta historia. Claro, con sus pocas excepciones.
Ahora el negocio está en creaciones originales, en que los artistas sean dueños de sus composiciones, de tal manera que no tienen que repartir ganancias con escritores y con más gente involucrada en el proceso. Y por supuesto que el público también ganamos con todo esto, a mayor competencia, más opciones, y mejor calidad musical.
Así es que, abre bien los oídos, date la oportunidad de escuchar nuevos sonidos, de descubrir otros artistas, que hace 20 o 30 años hubiera sido imposible que existieran.