Existen diversas estrategias de ahorro de energía que a nivel país podemos seguir, pero basta con echar un vistazo a las estadísticas que la Secretaría de Energía provee sobre consumo energético. Ahí podemos ver que el 42% del total de energía la gastamos está destinada al transporte, tanto de bienes como de personas, lo que da cuenta de la ineficiencia con que nos trasladamos.

La ineficiencia mencionada tiene diversos motivos: transporte público deficiente (de la mano de una planeación urbana de baja densificación), condiciones inadecuadas para uso de bicicleta de forma segura, predilección por el uso del automóvil, falta de red ferroviaria y deficiencias en planeación logística, entre otras.

De las diferentes alternativas que pueden aplicarse para revertir esta situación, la que tiene una mejor relación costo-beneficio es el mejorar la logística. Más aún considerando que el mercado en muchos ámbitos cambió radicalmente el año pasado, al incrementarse debido a la contingencia sanitaria el comercio electrónico, que depende al 100% de la logística de proveeduría y entrega de productos al usuario final. 

Una correcta logística permite el uso eficiente de los medios de transporte con que se cuenta, así como de los espacios de almacenamiento de productos. Se espera un incremento considerable de empresas transportistas que deben ser expertas en logística y brinden servicio de traslado de bienes tanto a negocios como a particulares, y esto hará que el combustible consumido por cada producto sea menor.

Las condiciones geográficas de Guanajuato nos ponen en la mira de grandes empresas logísticas y de comercio, por lo que es importante la generación de talento humano en esta área, de forma que se pueda generar una proveeduría local de este tipo de servicios y nuestra economía efectivamente crezca, y no veamos solo pasar los trenes y camiones frente a nosotros.

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