Al hablar de inversiones, siempre buscamos lo más seguro y a la vez lo más rentable, pero esta búsqueda nos puede llevar a tomar malas decisiones si no recibimos una correcta orientación.

Para mucha gente invertir en metales sigue significando el camino más adecuado, pues si echamos un vistazo al pasado, hemos visto que su apreciación ha sido sólida pero, ¿realmente vale la pena la inversión en metales? Te comparto algunos puntos a considerar:

  • Si bien el oro y la plata son metales que a la vista resultan atractivos, sobre todo acuñados en una moneda, hay que considerar que son fácil de dañarse. Estas melladuras generan que pierdan parte de su valor.
  • Igual que cualquier otro objeto de valor, se debe considerar el almacenamiento en un lugar seguro, y no solo por evitar algún robo, sino para evitar accidentes. Cajas especiales o incluso resguardo en instituciones bancarias, generan un costo adicional de mantenimiento.
  • Considera que los metales no generan un ingreso en rentas o dividendos, como bien lo pueden hacer otros activos de inversión, como las acciones o incluso con un inmueble.
  • El término correcto a usarse al querer generar valor con los metales no debería ser “invertir”, sino “especular”. Lo que se busca es comprar el metal en precios bajos y tener la suerte de que incremente, una apuesta.
  • Los metales actualmente han perdido el protagonismo que se tenía hace años cuando se utilizaba el llamado “Patrón Oro” para darle valor a las monedas. Hoy en día sirven únicamente como refugio cuando estamos en fases de volatilidad o incertidumbre.
  • Se puede invertir en oro y plata a través de productos financieros como los ETFs. Los cuales resultan mucho más baratos que adquirir físicamente el metal. Estos productos ya incluyen su valor dolarizado.
  • En los últimos 5 años, el ETF del oro se ha apreciado aproximadamente un 80%, incrementando a 110% en 10 años. Mucho de este valor se entiende por el valor agregado del dólar, y gran parte del crecimiento se dio apenas hace un año cuando se tipificó oficialmente como pandemia al SARS-COV-2.

En general es un activo que nos puede dar mucha seguridad, pero hay que considerar que únicamente sirve como refugio de tu patrimonio cuando lo demás está inestable. Su protagonismo en la economía ha cambiado con los años, y por ello es normal que no tengamos los mismos resultados que a nuestros padres les tocó.

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